La redacción de video es el mayor reto para el sistema de cámaras corporales

La redacción de video es el mayor reto para el sistema de cámaras corporales

Pertenecer a las fuerzas del orden implica, por definición, riesgo. El trabajo requiere una agudeza física y emocional continua y es a veces peligroso e imprevisible. En teoría, estos peligros inherentes a ser un agente de la ley se solucionarían operando en condiciones óptimas, pero esta no suele ser la realidad. Algunos de los problemas más importantes a los que se enfrentan las unidades policiales del país son:

Estos problemas no son del todo nuevos. Las restricciones presupuestarias para las autoridades policiales de todo el país han sido un problema constante. Por otra parte, todos los que, aunque sea remotamente, siguen a los principales medios de comunicación están al tanto de los incidentes altamente publicitados que han sido el punto de inflexión de la percepción pública y la confianza en la policía en los últimos años. La falta de confianza del público y la representación negativa de nuestras fuerzas del orden afectan directamente a la contratación y retención de nuevos agentes. En consecuencia, mejorar la percepción pública y fomentar la confianza de la comunidad puede ser una forma de mejorar la contratación y esto nos lleva a la pregunta más crucial de ¿cómo?

Cámaras corporales

Las cámaras corporales son, por mucho, la opción más realista para fomentar la confianza y la responsabilidad entre los agentes de policía y las comunidades a las que sirven. Los tres principales factores que contribuyen a su utilización en los distintos estados son:

Es importante señalar que las cámaras corporales de la policía también ayudan a proteger a los agentes de la ley. De hecho, estos dispositivos se han utilizado desde entonces para impugnar y desmentir con éxito múltiples denuncias falsas contra la policía.

Las cámaras corporales de la policía son dispositivos compactos que se colocan, en su mayoría, en el pecho o en la cabeza del agente y cuentan con un micrófono para grabar el sonido y una disposición de almacenamiento interno para guardar las secuencias de video para su posterior revisión.

El uso de las cámaras corporales por la policía se ha implantado en todo el mundo, desde China hasta el Reino Unido. Se introdujeron inicialmente en Estados Unidos en el año 2012 en el estado de California. En 2015 el presidente Barack Obama anunció la aprobación de una iniciativa federal para dotar a los agentes de cámaras corporales en respuesta a los crecientes incidentes de disparos contra hombres inocentes de raza negra por parte de agentes de policía. Como resultado, los departamentos de policía de cuarenta y cinco estados y DC obtuvieron apoyo financiero del Programa de Regulación e Implementación de Cámaras Corporales del Departamento de Justicia, que entre 2015 y 2017 invirtió cerca de 60 millones de dólares. Gracias a esta iniciativa más de treinta y cinco estados han introducido desde entonces leyes para regular el uso de las cámaras corporales y una investigación realizada por el Instituto Nacional de Justicia concluyó que sólo en Estados Unidos hay más de sesenta modelos de cámaras corporales policiales a la venta.

Beneficios de las cámaras corporales de la policía

Las cámaras corporales de los agentes del orden favorecen la protección del público y de la comunidad, así como la seguridad policial. Es probable que los individuos se comporten de forma diferente cuando se den cuenta de que están siendo grabados: las cámaras corporales policiales pueden facilitar la conducta ética de los agentes de policía y de los miembros de la comunidad, lo que se traduce en una reducción de la violencia, de los actos de abuso y de las agresiones a los agentes de servicio.

Las cámaras corporales de la policía aumentan la transparencia y la responsabilidad de las autoridades y protegen a los agentes de acusaciones falsas de conducta impropia. Las cámaras corporales de la policía ofrecen buena evidencia de video y audio que, en cualquier circunstancia particular, puede esclarecer lo ocurrido.

Las cámaras corporales de la policía proporcionan un excelente recurso de aprendizaje y cuentan con una amplia aprobación pública. Las imágenes recogidas por las cámaras corporales de la policía pueden utilizarse para preparar tanto a los nuevos como a los agentes ya existentes sobre cómo manejar eficazmente las interacciones con el público que resulten estresantes.

Inconvenientes de las cámaras corporales de la policía

Las cámaras corporales de la policía limitan la protección de los agentes y tienen un impacto negativo en su salud física y mental. Algunas personas reaccionan de forma adversa, incluso agresiva, al ser grabadas por la policía; especialmente las personas que están bebiendo o consumiendo drogas o que sufren de problemas mentales. Un artículo publicado por el European Journal of Criminology informó que las agresiones policiales eran un 14% mayores cuando se utilizaban cámaras corporales. Además, se ha descubierto que nadie se encuentra bien bajo una vigilancia constante y, en consecuencia, equipar a los agentes con cámaras corporales podría perjudicar su salud mental. Otras personas han argumentado que simplemente no es necesario dar a los agentes de patrulla cámaras corporales, puesto que ya están sobrecargados de equipos como pistolas, radios, linternas, pistolas paralizantes, porras, espray de pimienta, esposas y similares y que cualquier equipo adicional se convierte en una carga y un peligro para la seguridad de quienes lo llevan.

Las cámaras corporales para las fuerzas policiales son demasiado costosas e ineficientes. Es increíblemente caro dotar a las agencias policiales de cámaras corporales porque las unidades tienen que pagar no sólo el equipo de filmación, sino también el hardware adicional, el personal, la infraestructura de almacenamiento de datos, el personal adicional de gestión de datos de video y los costes de reparación.

Las cámaras policiales pueden violar la intimidad de los civiles, poner en peligro a las víctimas y a los testigos de la violencia y destruir las relaciones entre la policía y el público. La grabación de las interacciones entre la policía y el público puede dar lugar a la revelación no deseada de problemas de salud privados, de víctimas de delitos como agresiones sexuales o abusos domésticos, de testigos que temen represalias criminales y de informantes, especialmente en los estados con leyes que permiten el acceso público a las grabaciones de las cámaras corporales. Los informes han sugerido que los posibles testigos se muestran más reacios a hablar con las autoridades pertinentes en presencia de un dispositivo de grabación de video, incluso cuando el dispositivo en cuestión está apagado.

Los recientes debates sobre la integración de las cámaras corporales de la policía han indicado que la privacidad sigue siendo un problema importante. Los defensores de los derechos civiles han reconocido que es muy probable que se capten datos sensibles, ya que las cámaras van a todas partes con la policía. Esos datos sensibles incluyen, según la situación, la identidad de una víctima de violación o de un menor de edad e incluso el interior de una residencia privada.

Por lo tanto, para resolver el problema de la privacidad y garantizar que las pruebas de video disponibles en los registros públicos no violen la intimidad de los ciudadanos, algunos aspectos de la grabación de video tienen que ser redactados.

La redacción del video y sus retos

El video es un elemento muy valioso para la comunidad jurídica porque que aumenta la seguridad del público a través de la transmisión en directo, ayuda a crear posible evidencia e incluso mejora la conducta de los agentes de la ley. Sin embargo, el procesamiento de video y su uso como prueba también presenta algunas dificultades serias, especialmente en lo que respecta al almacenamiento, la seguridad y la salvaguarda de la privacidad de los civiles en relación con la Ley de Libertad de Información (FOIA). ¿Qué ocurre cuando un cuerpo de policía de 3000 agentes utiliza cámaras corporales y de salpicaderos y presenta informe de todo un turno? ¿Cómo pueden las entidades de seguridad pública satisfacer los requisitos de la FOIA en materia de privacidad? El principal problema es que las entidades de seguridad pública no cuentan con los recursos ni el tiempo para editar las grabaciones como exige la ley.

La redacción de video desempeña un papel crucial en la salvaguarda de la privacidad de los datos personales. Aunque el principio es claro es bastante difícil ponerlo en práctica. La policía capta enormes cantidades de imágenes en todo el país y las pone a disposición del público o de los tribunales como evidencia. Sin embargo, la pronta accesibilidad se convierte en un reto porque los departamentos están obligados a cumplir con normas estrictas en materia de confidencialidad y difusión, como la FOIA. Esto obliga a la policía a enmascarar los rostros y las matrículas antes de su publicación.

Posibles soluciones al reto de la redacción de video

Varias empresas privadas han desarrollado programas informáticos destinados a procesar las imágenes de las cámaras de vigilancia para automatizar el trabajo de recopilación de pruebas de video, con el fin de ayudar a las fuerzas de seguridad a alcanzar sus objetivos de difusión de video al público, cumpliendo al mismo tiempo con los requisitos de privacidad. Algunas instituciones han avanzado en estos programas añadiendo algoritmos para redactar de forma automática y autónoma las grabaciones de las cámaras policiales. Otros organismos policiales tratan las solicitudes de grabaciones de las cámaras corporales como cualquier otro registro público y cobran a los ciudadanos los costes derivados del procesamiento de las grabaciones solicitadas.

Algunos departamentos de policía han adoptado un enfoque diferente en cuanto a la redacción de video. Por ejemplo, la policía de Seattle publica imágenes de cámaras corporales intencionadamente distorsionadas y luego anima al público a presentar solicitudes de partes específicas del video. Las agencias utilizan entonces una edición más selectiva y el resto del video se publica.

Conclusión

A medida que aumenta el uso de las cámaras corporales, los periódicos y los medios de comunicación deben mantenerse regularmente actualizados sobre estas cuestiones y sobre cualquier normativa que pueda afectar su capacidad para ver dichos archivos de video. Los agentes del orden, los redactores y el público también pueden colaborar para encontrar soluciones innovadoras a los problemas que plantean estos videos.

A pesar de las dificultades que plantea el tratamiento de las imágenes grabadas por las cámaras, los agentes de la ley se han esforzado por hacer partícipe a la comunidad de estas cuestiones y por obtener sugerencias sobre la mejor manera de crear un video para satisfacer la demanda de documentos. Reunir a la sociedad para luchar por la responsabilidad y la apertura es vital para la aplicación de la ley, útil para informar y bueno para el público, que es el principal beneficiario de esta moderna tecnología.

 

Related Reads