La Ley del Cable de 1984, protección de la privacidad personal

La Ley del Cable de 1984, protección de la privacidad personal

La Ley Regulatoria de Comunicaciones por Cable de 1984 o la Ley del Cable de 1984 es una ley aprobada por el Congreso de los Estados Unidos en 1984. La Ley del Cable de 1984 se aprobó con el fin de proporcionar un marco regulador integral para la televisión por cable, así como para proporcionar protecciones federales a la privacidad de los abonados a la televisión por cable mediante la restricción de la recopilación, el almacenamiento y la divulgación de la información o los datos de los abonados. En este sentido, la Ley del Cable de 1984 prohíbe a las compañías de cable recoger información personal de identificación de cualquiera de sus abonados, sin su consentimiento, a menos que dicha recogida de información sea necesaria para prestar servicios relacionados con el cable.

¿Cómo se define el servicio de cable según la Ley del Cable de 1984?

Aunque la televisión por cable ha experimentado numerosas innovaciones y mejoras desde 1984, la Ley del Cable de 1984 define el término de “cable” como: “cualquier nivel de servicio que incluya la retransmisión de señales de emisión de televisión local”, así como: “la interacción con el abonado, si la hay, que se requiere para la selección de dicha programación de video u otro servicio de programación”. Además, el término “canal de cable” se define como: “una porción del espectro de frecuencias electromagnéticas que se utiliza en un sistema de cable y el cual es capaz de transmitir un canal de televisión (tal y como La Comisión define el canal de televisión por reglamento)”.

Por otra parte, la Ley del Cable de 1984 no ofrece una definición de lo que constituye información personal según la ley. Por el contrario, la ley define lo que no es información personal. Según el artículo 631 de la Ley del Cable de 1984, la información personal de identificación (PII) no incluye: “ningún registro de datos agregados que no identifique a personas concretas”. Por lo tanto, existe cierta ambigüedad con respecto a qué formas de información personal están cubiertas por la ley. Por ejemplo, algunos anunciantes en línea se han opuesto a las demandas presentadas en su contra sobre la base de la Ley del Cable de 1984, alegando que ellos no recopilaron ninguna información personal de identificación en el curso de sus operaciones.

En lo que respecta a los servicios de suscripción a la televisión por cable, la Ley del Cable de 1984 exige que las compañías de cable proporcionen a los consumidores una notificación por escrito cuando recojan su información personal con fines de suscripción. Dichas notificaciones deben detallar lo siguiente:

  • La naturaleza de la información personal de identificación relativa al abonado, recogida o por recoger y la naturaleza del uso de dicha información.
  • La naturaleza, frecuencia y finalidad de cualquier divulgación que pudiera hacerse de dicha información, incluida la identificación de los tipos de personas destinatarias de dicha divulgación.
  • El período durante el cual el operador de cable mantendrá dicha información.
  • Cuándo y dónde el abonado puede tener acceso a dicha información.
  • Las limitaciones previstas con respecto a la recogida y divulgación de información por parte de un operador de cable y los derechos del abonado.

¿Por qué era necesaria la Ley del Cable de 1984?

Una de las principales razones por la que se aprobó la Ley del Cable de 1984 fue modificar la Ley de Comunicaciones de 1934, la cual “organizaba la regulación federal de las comunicaciones telefónicas, telegráficas y radiofónicas”. Dado que las comunicaciones telefónicas, telegráficas y radiofónicas fueron de los primeros medios de comunicación masiva y, a su vez, pioneros en la divulgación de información personal en la historia de la humanidad, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) aprobó la Ley de Comunicaciones de 1934 con el fin de regular estas formas de comunicación. Sin embargo, a medida que se desarrollaba la televisión por cable y, en última instancia, aumentaba su popularidad y prominencia en los cincuenta años transcurridos entre 1934 y 1984, se hizo necesaria una nueva legislación para regular a los proveedores de televisión por cable de todo el país.

Posteriormente, la Ley del Cable de 1984 “estableció políticas en las áreas de propiedad, uso de canales, disposiciones y renovaciones de franquicias, tarifas de los abonados y privacidad, obscenidad, recepción no autorizada de servicios, igualdad de oportunidades de empleo y fijación de postes. La nueva ley también definió los límites jurisdiccionales entre las autoridades federales, estatales y locales para regular los sistemas de televisión por cable”. Además, la Ley del Cable de 1984 estableció las sanciones que pudieran imponerse a las compañías y proveedores de cable en los casos en que se determinara que dichas partes habían violado los derechos de privacidad de los ciudadanos estadounidenses.

Adicionalmente, aunque la Ley del Cable de 1984 no prohíbe explícitamente la recopilación de información personal en relación con los servicios de internet de banda ancha, el artículo 631 de la ley “puede prohibir la divulgación de dicha información a terceros, independientemente de que la información se haya recopilado a través del sistema de cable”. De este modo, la Ley del Cable de 1984 proporciona a los ciudadanos estadounidenses un nivel general de protección de la privacidad, a pesar de que dicha ley se aprobó en relación con la información personal que los abonados compartían con las compañías de cable y no proporciona ninguna definición explícita de “información personal”.

En cuanto a las sanciones que se pueden imponer a las agencias e individuos que infrinjan la ley, la Comisión Federal de Comunicaciones tiene autoridad para imponer multas de hasta 50000 dólares, así como una pena de prisión de hasta dos años. La Ley del Cable de 1984 también otorga a los ciudadanos estadounidenses el derecho a interponer demandas privadas contra individuos y agencias que infrinjan las disposiciones de la ley. En estos casos, las personas agraviadas “pueden recibir una indemnización por daños y perjuicios por cada violación involucrada en la acción en una suma no inferior a 250 dólares o superior a 10000 dólares, según el tribunal considere justo”.

Aunque la televisión por cable se ha convertido en una forma de entretenimiento algo anticuada en comparación con las redes sociales y otros métodos de esparcimiento que pueden encontrarse en internet, los proveedores de cable siguen recopilando información personal relativa a consumidores estadounidenses. Por ello, la Ley del Cable de 1984 no sólo protege esta información personal, sino también los datos personales recogidos por otros medios, según lo dispuesto en el artículo 631 de la ley. De este modo, los ciudadanos estadounidenses tienen derecho a proteger la información personal que comparten, con fines de entretenimiento, con las grandes empresas y corporaciones.