La inteligencia artificial en el asesoramiento psicológico
Las enfermedades mentales son un problema creciente a nivel mundial y mayor número de personas está buscando tratamiento. Por eso se están aplicando diferentes métodos para combatir la alta demanda de consejeros de salud mental. Estudios han demostrado que, gracias a los actuales avances tecnológicos, la inteligencia artificial podría utilizarse pronto para el asesoramiento psicológico. El uso de la inteligencia artificial en el contexto del asesoramiento psicológico puede resultar sorprendente para muchos. Sin embargo, el siglo XXI se está convirtiendo en la era de la tecnología omnipresente y esta alternativa puede ser más beneficiosa de lo que pudiera parecer a simple vista.
El objetivo del asesoramiento psicológico es concienciar sobre los comportamientos y patrones de pensamiento negativos. En un intento por promover el bienestar y la curación, el asesoramiento fomenta el cambio de comportamiento mediante la adquisición de compasión, comprensión, respeto y empatía a la vez que cultiva la aceptación de uno mismo y los demás. El término ‘inteligencia artificial’ describe la capacidad de una máquina para realizar funciones similares a las humanas, como aprender, razonar, tomar decisiones y adaptarse. Un consejero de salud mental de inteligencia artificial resultaría cómodo y animaría a más personas a buscar ayuda para sus trastornos mentales. Además, sería más discreto y almacenaría más datos.
Terapeuta humano frente a terapeuta de inteligencia artificial
La ventaja que se atribuye al éxito de un terapeuta humano es su capacidad para establecer una relación personal con sus clientes. Un chatbot con inteligencia artificial no puede sustituir totalmente a un terapeuta real porque carece de ese primordial toque humano. Sin embargo, como la disparidad entre el número de profesionales de salud mental y el coste de una sesión de terapia individual sigue creciendo, la demanda de soluciones virtuales aumenta constantemente. Un chatbot es un programa informático que simula una conversación. La comodidad de un consejero de inteligencia artificial facilitaría el acceso a terapia a un número considerable de personas, tanto adolescentes como adultas, que no se sienten cómodas contándoles sus interioridades a un extraño o que carecen de capacidad económica para pagar las sesiones.
En el asesoramiento tradicional, el terapeuta debe evaluar al cliente haciéndole preguntas que le permitan conocerlo. Este es el primer paso para establecer una relación consejero-cliente. Dependiendo de la cantidad de información que el cliente esté dispuesto a revelar, esta fase puede durar varias sesiones. Automatizando el proceso de evaluación con el uso de inteligencia artificial se gana tiempo. Esta primera fase puede acortarse a una sola sesión porque proporcionaría un cierto grado de anonimato que permitiría a los usuarios sentirse cómodos explicando sus problemas mucho más rápido. La sesión comenzaría proporcionando al usuario una serie de preguntas preestablecidas. Al final de esta interacción inicial, se utilizaría la retroalimentación positiva para incentivar al paciente a seguir proporcionando información.
Además, los terapeutas virtuales son mucho más baratos que los humanos y pueden interactuar con el cliente en tiempo real. Esta disponibilidad constante ofrecería un apoyo al paciente para contrarrestar sus pensamientos y emociones negativas, evitando potencialmente comportamientos perjudiciales o dañinos.
Concertar una cita para ver a un terapeuta humano puede interferir en la agenda del cliente, lo que puede causar que se ausente a eventos sociales o incluso al trabajo. El asesoramiento virtual permite al cliente adaptar la sesión a su horario diario. Este enfoque de autoservicio permite al cliente asistir a menos reuniones en persona, lo que reduce los costes. Los terapistas de inteligencia artificial son capaces de identificar problemas no resueltos y generar soluciones mediante una serie de ejercicios, así como recomendar nuevos rituales para introducir en las rutinas diarias o semanales. Estas soluciones promueven cambios en la percepción y el comportamiento, lo que anima al cliente a reevaluar sus pensamientos y acciones, mejorando así su autocomprensión y autoconciencia. Debido a su carencia de compasión y empatía, los recursos de inteligencia artificial no eliminarán por completo la necesidad de un terapeuta humano. Sin embargo, ofrecerán un enfoque alternativo a los métodos tradicionales de resolución de problemas.
Algunas personas que padecen de una enfermedad mental son reacias a buscar ayuda debido al estigma asociado a los trastornos psicológicos. Ellos pueden sentirse avergonzados, incómodos o culpables cuando experimentan por primera vez los síntomas de un trastorno de salud mental. La posibilidad de que les vean visitando al psicólogo disuade a muchos de buscar la ayuda que necesitan. El uso de aplicaciones terapéuticas les permitiría recibir tratamiento en la comodidad e intimidad de su propio hogar, lo que resulta esencial para quienes desean ser discretos. Contar con esta opción animaría a más enfermos a buscar terapia.
Mejoras al terapeuta de inteligencia artificial
Cuanto más se utiliza un programa, más rápido aprende sobre su usuario gracias a la recopilación de datos adicionales y esto redunda en beneficio del cliente. A diferencia de un ser humano, un programa de inteligencia artificial puede almacenar y recordar todos los datos que ha recopilado. Esto permite a las aplicaciones identificar condiciones de salud mental y ofrecer un tratamiento personalizado basado en los patrones cognitivos y de comportamiento del individuo, así como en su historial médico. Además, las aplicaciones ofrecen un servicio que despertaría el interés del público por acudir a terapeutas profesionales. A esto se suma que los programas se asociarían con proveedores sanitarios para permitir la colaboración entre clientes y profesionales autorizados. Esta modificación del método de tratamiento existente permitiría al terapeuta profesional comparar sus evaluaciones y recomendaciones con las ofrecidas por el software. La combinación de inteligencia artificial y terapia presencial mejoraría la experiencia del usuario en su esfuerzo por alcanzar sus objetivos de salud mental.
Preocupación por la privacidad del terapeuta de inteligencia artificial
Desde que se comenzó a integrar la psicología con la inteligencia artificial, las empresas tecnológicas han desarrollado aplicaciones para ofrecer asesoramiento psicológico a los usuarios. Con la ayuda de profesionales de salud mental, estas empresas están desarrollando y probando aplicaciones que revolucionarán la forma de ver la terapia psicológica. Con el tiempo, los algoritmos permitirán que la inteligencia artificial de los asistentes virtuales desarrolle una inteligencia emocional satisfactoria. Será necesario que las máquinas analicen las expresiones faciales, el lenguaje corporal, el movimiento de los ojos y el tono de voz para identificar tendencias de comportamiento que muestren signos de depresión, ansiedad y otros trastornos. Debido a las leyes de transparencia de datos, las empresas tecnológicas que investigan los efectos de la inteligencia artificial y los programas de aprendizaje automático en la terapia psicológica están obligadas a publicar los datos sobre sus hallazgos. Estas empresas están colaborando con pacientes de terapia con la intención de mejorar el asesoramiento virtual mediante la humanización de las máquinas. Las leyes obligan a que se publique la información, incluyendo no sólo los informes de los estudios clínicos, sino también las declaraciones de los pacientes y otros documentos pertinentes. Sin embargo, para cumplir con las leyes de privacidad, las organizaciones que realizan las investigaciones están obligadas a eliminar de los archivos antes de hacerlos públicos la información confidencial relativa a sus pacientes y a ellas mismas. Dichas empresas tecnológicas tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad de los datos privados de los pacientes y gracias a la tecnología de redacción automática se reduce considerablemente el tiempo necesario para este proceso. Además, cuando se combina la redacción automática con la revisión humana, el riesgo de error se reduce casi a cero.
El software de CaseGuard Studio, basado en inteligencia artificial, redacta con increíble precisión la información confidencial de los informes de estudios clínicos que serán publicados. Asimismo, redacta con facilidad documentos PDF, secuencias de video, grabaciones de audio e imágenes. También puede extraer audio de archivos de video, poner marcas de agua a archivos PDF y ocultar rostros en secuencias de video e imágenes fijas. A esto se suma que CaseGuard Studio puede transcribir automáticamente grabaciones de audio y gracias al uso del aprendizaje automático es capaz de distinguir varios hablantes en una grabación. Sin contar que reconoce 31 idiomas y traduce de un idioma a otro, permitiendo que el contenido sea accesible a un público más amplio. Este software posee un nivel de coherencia, precisión y eficacia que los humanos no podemos alcanzar.
Conclusión
La integración de la inteligencia artificial en el campo de la psicología confirma que los terapeutas virtuales y los chatbots formarán parte del futuro de la terapia personal. La combinación de asesoramiento presencial y virtual es la mejor opción, ya que el terapeuta puede acceder a información sobre su paciente almacenada en una máquina para comprenderlo mejor y ofrecerle la mejor atención posible. Las aplicaciones informáticas de asesoramiento psicológico, como los chatbots, ofrecerán una forma conveniente y privada de terapia disponible las veinticuatro horas, lo que animará a más personas a buscar solución a sus problemas de salud. Además, facilitarán el asesoramiento a personas en zonas donde escasean los terapeutas.
La investigación sobre la aplicación de la inteligencia artificial y los algoritmos de aprendizaje automático en la terapia personal ha dado lugar a amenazas imprevistas, como el robo de datos. El riesgo de una filtración de datos hace que la redacción interna sea importante, ya que las empresas tecnológicas deben mantener el anonimato de los participantes. La redacción automática garantiza la seguridad de todos los datos privados. La forma más fiable de gestionar los datos confidenciales es utilizar el programa de redacción de CaseGuard Studio, que permite ocultar o eliminar información sensible de documentos, fotos, videos, audio y archivos electrónicos.
