¿Cuán difícil es transcribir una grabación de video o audio?
Dado que la transcripción se ha convertido en parte fundamental de muchos sectores, que van desde el Derecho hasta las actividades académicas, es imperativo que los consumidores puedan transcribir videos de la manera más fácil posible. A pesar de ello, el proceso de transcripción ha sido históricamente una tarea costosa y que requiere mucho tiempo. Dado que la lingüística ha llegado a representar la cultura y la historia de los pueblos del mundo, los transcriptores deben asegurarse de que se toman el tiempo necesario para garantizar que transcriben con precisión los videos de sus clientes. Como alternativa, ahora existen muchos softwares de transcripción automática de video y audio que realizan el mismo proceso en cuestión de minutos, aunque con una precisión algo menor. Dicho esto, muchos consumidores pueden preguntarse qué dificultad tiene transcribir una grabación de video o audio.
Transcripción manual
La transcripción manual se define como el proceso de convertir las palabras del discurso en un texto coherente y fácilmente legible. Históricamente este trabajo fue realizado por escribas y escritores cultos, mientras que en la actualidad los transcriptores profesionales y los taquígrafos judiciales dominan el campo. Aunque contratar a uno de estos profesionales tiene muy poca dificultad, la ardua tarea surge cuando llega el momento de pagar por sus servicios. Por poner un ejemplo, el transcriptor medio puede cobrar entre 75 centavos y 2.50 dólares por minuto de audio. Estas tarifas tienen en cuenta la enorme cantidad de tiempo que se necesita para transcribir eficazmente un archivo de audio de forma manual, ya que transcribir una sola hora de audio siempre toma más de una hora.
Para dar un ejemplo que muestre lo costoso que puede ser contratar a un transcriptor profesional, digamos que una empresa contrata los servicios de un transcriptor que cobra una tarifa media de 25 dólares la hora para transcribir 1000 horas de archivos de audio de reuniones de personal y otras formas de correspondencia verbal. Incluso sin tener en cuenta que el transcriptor tardará mucho más de 1000 horas en completar este trabajo, dicha tarea le costará a la empresa 25000 dólares como mínimo. Para determinadas empresas, el gasto de 25000 dólares sólo en la transcripción puede resultar un precio demasiado elevado. Es por eso que elegir cuándo y dónde pagar los servicios de un transcriptor profesional puede resultar muy complicado.
Transcripción automática
Como alternativa, ahora existen softwares de transcripción automática de audio que pueden transcribir miles de horas de archivos de audio en sólo unas horas. Aprovechando la tecnología de vanguardia de la inteligencia artificial, estos programas dan a los consumidores acceso a una industria que antes estaba dominada exclusivamente por profesionales capacitados. Siguiendo con el ejemplo anterior, un software de transcripción automática de audio con una cuota de licencia anual de 4000 dólares podría transcribir fácilmente 1000 horas de audio en una fracción del tiempo que se tardaría en hacerlo manualmente. Además, la empresa en cuestión también se ahorraría 20000 dólares. Sin embargo, esta transcripción automática no será tan precisa como la realizada por transcriptores profesionales, ya que la mayoría de los consumidores no tienen los años de formación o experiencia con los que cuentan los transcriptores profesionales.
Cuando un software de transcripción automática de audio termina de procesar un archivo, se proporciona un nivel de confianza para cada palabra que va del 0% al 100%. Asimismo, las palabras que tengan un nivel de confianza bajo se subrayarán para que el usuario las vea. Esto se debe a que incluso los programas avanzados de reconocimiento del habla no suelen captar el contexto al transcribir archivos de audio. Por lo tanto, los usuarios tendrán que repasar ellos mismos las transcripciones y comprobar si hay algún error, sobre todo si se trata de archivos de gran tamaño. Aunque dicha tarea no pareciera difícil a primera vista, el nivel de comodidad de cada persona con la tecnología varía, sobre todo si se tienen en cuenta las diferentes generaciones y grupos de edad que hay actualmente en un centro de trabajo.
¿Qué forma de transcripción es más fácil de usar para los consumidores?
En casi todos los casos, el uso de un programa de transcripción automática resulta un medio más fácil de transcribir grabaciones de audio que la transcripción manual. Esto se debe en gran medida a que muchos softwares de transcripción actuales realizan los procesos de forma automática. Con estos programas los consumidores pueden transcribir horas de grabaciones de audio en cuestión de minutos, mientras que un transcriptor profesional tardaría días, sino semanas o meses, en completar el mismo proyecto. Aunque con la transcripción automática se sacrifica la precisión, el nivel de confianza que proporcionan muchos programas de transcripción permite a los usuarios corregir fácilmente la mayoría de los errores que se presenten de forma rápida y sencilla. Además, dado que los transcriptores profesionales pasan años refinando y perfeccionando su oficio, el uso de un software de transcripción automática ahorra a los consumidores aún mucho más tiempo y recursos.
Con la llegada de los programas de transcripción automática, los consumidores pueden ahora transcribir videos ellos mismos sin necesidad de recurrir a los servicios de un transcriptor profesional. Como estos programas guían a los usuarios a través del proceso de transcripción paso a paso, los usuarios pueden estar seguros de que están completando el proceso correctamente en todo momento.
A pesar de ello, una combinación de software y aportaciones humanas es siempre el medio más eficaz para transcribir contenidos de audio. Los usuarios pueden transcribir primero automáticamente cualquier archivo de audio en el que estén trabajando y, a continuación, utilizar el nivel de confianza que proporcionan estos programas para realizar los cambios o ediciones pertinentes. De este modo, los usuarios pueden reducir el tiempo que tardan en realizar las transcripciones, sin sacrificar eficacia ni precisión.