Confiar en la evidencia

Confiar en la evidencia

Recogida de evidencia

La recopilación de pruebas es fundamental para resolver crímenes y obtener que dichos delitos sean condenados en los tribunales. La División de Servicios de Información de Justicia Penal de la Oficina Federal de Investigaciones recopila las estadísticas delictivas de Estados Unidos en el Programa de Informe Uniforme sobre la Delincuencia del FBI. En 2018 la población de Estados Unidos era de 327.167.434 habitantes. El número de delitos violentos para ese año fue de 1.206.836, lo que equivale a aproximadamente 368,9 delitos violentos por cada 100.000 ciudadanos. Para resolver estos delitos y hacer justicia a las víctimas es necesario que la recogida de pruebas sea válida y fiable. El público debe poder confiar en el proceso de recogida y en la validez de las pruebas si se quiere que mantenga la fe en la integridad de las fuerzas del orden y del sistema judicial.

La integridad es primordial para la recogida de pruebas. ¿Qué significa eso? Merriam-Webster define la integridad como una “adhesión firme a un código determinado de valores morales o artísticos: INCORRUPTIBILIDAD”. Además, ofrece las siguientes definiciones alternativas para ayudarnos a entender el significado de la palabra: estar en “una condición intacta” y “la cualidad o el estado de ser completo o indiviso”. Entonces se entiende que la integridad es tener rectitud de carácter y de acción. Es sinónimo de honestidad e implica negarse a mentir, robar, engañar o defraudar. Cuando la integridad y el honor están presentes en el ejercicio de una profesión, se sobreentiende que el trabajador es digno de confianza e incorruptible en grado sumo, incapaz de faltar a una promesa, abandonar una responsabilidad o traicionar la confianza en él depositada. Asimismo, significa que si la recogida de pruebas se confía a su cargo, él pondrá sumo cuidado en la ejecución de todos los pasos, desde la preservación de la escena y la recogida de las pruebas hasta mantener los registros de la cadena de custodia hasta el momento del juicio. Los hechos son los hechos y la verdad es la verdad. Permitiendo que las pruebas hablen por sí mismas mediante la recogida de evidencia con integridad es como se preserva la fe en el sistema de justicia.

La recogida de pruebas en la escena del crimen puede ser realizada por una unidad CSI (Investigación de la Escena del Crimen) o por las fuerzas del orden. El proceso de recogida suele depender del tipo de delito y del tamaño del organismo policial. Algunos de los organismos más grandes tienen sus propias unidades de la escena del crimen, mientras que otros pueden tener agentes formados específicamente en la recogida de pruebas. Estos agentes recogen las pruebas del delito en la escena del crimen, que puede referirse a uno o varios lugares implicados en el delito, pero también puede incluir objetos y personas.

Los tipos de pruebas de la escena de un crimen pueden ser infinitos. Van desde el arma utilizada hasta la arena o los trozos de piel que quedan bajo una uña. Algunos tipos comunes de pruebas incluyen:

  1. sangre
  2. fluidos corporales
  3. cabello
  4. piel u otros tejidos
  1. huellas dactilares
  2. huellas de la palma de la mano
  3. huellas de pies
  1. fibras
  2. tierra
  3. vegeación
  4. fragmentos de vidrio
  5. trozos de pintura
  1. registros de teléfonos móviles
  2. registros de internet
  3. mensajes de correo electrónico
  4. fotografías
  5. video
  6. audio
  1. ropa y calzado
  2. huellas de neumáticos
  3. herramientas y marcas de herramientas
  4. drogas
  5. armas de fuego
  6. ADN

El valor de las pruebas

Excluyendo las pruebas físicas, todas las demás fuentes de información relativas a un caso penal sufren las consecuencias de una fiabilidad limitada. Cuando las pruebas físicas se recogen y manejan correctamente, proporcionan información objetiva y fiable a los tribunales. El valor de las pruebas reside en su credibilidad e integridad. Si la evidencia pierde su valor, se vuelve inadmisible en la sala de audiencias.

La importancia de las pruebas radica en su valor. Incluso las pruebas más meticulosamente recogidas y conservadas pueden perder su utilidad si hay un problema con la cadena de custodia o si los registros no se mantienen adecuadamente. Muchos tribunales y expertos jurídicos sostienen que la cadena de custodia suele ser el eslabón más débil de todas las investigaciones penales.

Disponer de una documentación adecuada que demuestre los pasos cronológicos seguidos desde el proceso de recogida, pasando por la manipulación del trabajo de laboratorio y el almacenamiento y hasta los procedimientos judiciales es imprescindible para que cualquier caso proceda utilizando pruebas. Esta documentación de la cadena de custodia es la parte más importante del proceso judicial, ya que demuestra cada paso dado para garantizar la integridad, trazabilidad y continuidad de la evidencia, desde la escena del crimen hasta la sala del tribunal.

Creación de valor en las pruebas

Es imperativo que las fuerzas del orden o los primeros agentes que acudan al lugar de los hechos comprendan cómo crear valor en las pruebas recogidas. El objetivo principal de cualquier investigación es analizar adecuadamente los hechos, reconstruir los acontecimientos tal y como ocurrieron y demostrar plenamente lo sucedido. El valor o la integridad de las pruebas depende de las medidas adoptadas al acudir al lugar del incidente. Gran parte de lo que puede considerarse como prueba es de naturaleza transitoria y frágil. La fiabilidad de estas pruebas depende en gran medida de que se conserve la integridad física del lugar de los hechos, lo que exige la atención de los primeros agentes que lleguen a la escena del crimen.

Actuar con cuidado desde el principio en la escena del crimen y seguir las directrices profesionales ayuda a preservar la integridad de todas las pruebas dentro del área. Preservar la escena del crimen y su integridad es un proceso que resulta fundamental para que las pruebas sean admisibles en los tribunales. La función de cualquier investigación de la escena del crimen es registrar la escena tal y como se encuentra por primera vez. El investigador o el agente que llegue primero a la escena debe ser capaz de reconocer y recoger todas las pruebas físicas relevantes para el caso. El valor de las pruebas que se aportan a un tribunal para ser consideradas o justificar una condena depende totalmente de la integridad del proceso de recogida, de la continuidad de la cadena de custodia a lo largo de los procesos de laboratorio y almacenamiento y de la capacidad de proporcionar una documentación clara que demuestre todos los procesos seguidos.

Subjetividad frente a hechos

Para que la evidencia de un caso sea más valiosa es mejor centrarse en los tipos de pruebas que la ciencia puede demostrar como hechos. Estos son más precisos que cualquier opinión subjetiva. Cuando las pruebas se presenten ante el tribunal, se tomarán como hechos.

Sherlock Holmes inspiró la base misma de la ciencia forense actual. El autor Arthur Conan Doyle escribió: “No hay nada más engañoso que un hecho evidente”. Aunque el análisis del cabello puede parecer un hecho y sigue siendo necesario recogerlo como prueba, el proceso es muy subjetivo. Un técnico de laboratorio puede decidir que los cabellos coinciden, mientras que otro puede no hacerlo. Según Peter Neufeld, cofundador del Proyecto Inocencia, “cuando una persona dice que la probabilidad es de una entre 10000, es simplemente un número inventado. No hay datos que lo respalden”. El Proyecto Inocencia es una organización sin ánimo de lucro con sede en Nueva York que trabaja utilizando pruebas de ADN para anular las condenas erróneas.

Si escuchamos a nuestros antepasados, John Adams escribió que: “Los hechos son cosas obstinadas; y cualesquiera que sean nuestros deseos, nuestras inclinaciones o los dictados de nuestra pasión, no pueden alterar el estado de los hechos y las pruebas”.

Cuando las pruebas se procesan en un laboratorio y son presentadas por alguien designado como experto en una bata blanca de laboratorio, el jurado promedio pondrá su fe en la opinión de este experto. En abril de 2015 el FBI comenzó a revisar varios miles de casos. Ahora creen que los científicos presentaron un testimonio erróneo en estos casos, lo que resultó en un veredicto de culpabilidad. Presentar la mejor y más probada científicamente evidencia es lo más apropiado a la hora de resolver un caso. Las pruebas subjetivas deben dejarse sólo como material de apoyo. En los 268 casos que el FBI ha revisado hasta la fecha, se han encontrado testimonios erróneos presentados por científicos y técnicos de laboratorio. Lo peligroso de esto es que individuos fueron condenados basándose en testimonios falsos. Treinta y tres convictos fueron condenados a pena de muerte y de ellos ya han sido ejecutados nueve individuos que podrían haber sido declarados inocentes.

Ciencia basura frente a ciencia probada

El teniente general John F. Sattler, consultor de liderazgo, dio algunos consejos útiles sobre la recopilación de pruebas forenses y cómo añadir valor al caso que se presenta. Él lo llamó las tres Des.

La recomendación de Sattler fue la siguiente: “Si tomas esas tres Des y las consultas cada mañana y conduces tus actividades diarias con ellas como norma, no creo que puedas hacerlo mal.”.

Durante su comentario relativo al trabajo forense, rogó a la audiencia que sus principios morales dirigieran su proceso de toma de decisiones. Quería que los forenses y demás asistentes comprendieran lo importante que es que su trabajo sea siempre irreprochable. Dijo que era muy similar a las tácticas militares. Que para aquellos cuyo trabajo es recoger pruebas, la reputación de su carrera depende de su fiabilidad. “La verdad importa. En tu profesión, vives y mueres -vives y mueres en cuanto a reputación, como mínimo- por hacerlo bien.”.

El debate prosiguió con lo que ahora se conoce como “ciencia basura”. En todo el país existe una preocupación por las condenas erróneas basadas en opiniones subjetivas frente a los verdaderos criterios científicos. Muchos laboratorios de criminalística están ahora implicados en escándalos, ya que se están anulando casos. Ahora se lleva a cabo un escrutinio público de muchas normas antiguas que han guiado las disciplinas forenses durante años. Es hora de entender la diferencia entre las opiniones subjetivas y lo que es un hecho verificable, procedente de las pruebas.

Durante muchos años ha sido un error común pensar que el análisis de las huellas dactilares, del cabello e incluso de las marcas de mordiscos era una forma de implicar a un individuo en un delito. En determinadas circunstancias, estas pruebas pueden ser engañosas. Las huellas dactilares, dependiendo de la técnica utilizada para el análisis, pueden ser manipuladas por los técnicos de laboratorio. Este tipo de manipulación durante las comparaciones puede conducir a resultados falsos. El análisis del cabello es completamente subjetivo y aunque este tipo de pruebas debe seguir siendo recogida, debe considerarse fuente secundaria de evidencia que no puede por sí sola justificar la detención o la condena. Por otro lado, la interpretación de las marcas de mordedura puede ser subjetiva y debido a las variaciones de la piel humana, a veces no se puede determinar realmente si las marcas son de mordedura o algún otro tipo de marca en la piel. Este tipo de pruebas deben estar respaldadas por hechos contundentes, como el ADN, que es científico y no una opinión subjetiva.

Entender que está en juego una vida, una carrera con una reputación, debería hacer que el proceso fuera tan cuidadoso como una acción militar. Nadie quiere quitar una vida por error. Gran parte de esta nueva información sobre la ciencia basura y las opiniones subjetivas utilizadas en el análisis forense fue presentada en un estudio de la Academia Nacional de Ciencias en 2009. Debería ser de lectura obligatoria para todos los analistas forenses e investigadores de la escena del crimen del país.

En este informe se cuestiona la base científica de casi todos los tipos de pruebas. Todas las disciplinas forenses que se utilizan para condenar a las personas y enviarlas a prisión son falibles. El estudio encontró que, fuera del proceso de ADN, “ningún método forense ha demostrado rigurosamente tener la capacidad de demostrar, consistentemente y con un alto grado de certeza, una conexión entre la evidencia y un individuo o fuente específica”.

En un caso, un exonerado llamado Keith Harward pasó 33 años en prisión por un crimen que no cometió. Las pruebas utilizadas para condenarlo se basaron en una opinión subjetiva relacionada con marcas de mordiscos. Ahora que ha sido liberado, él ha prometido evitar que esto vuelva a sucederle a alguien más. Ha declarado que se presentará en cualquier tribunal del país donde se utilicen como evidencia marcas de mordiscos: “Me pondré en contacto con los medios de comunicación. Me pondré en la esquina de la calle con un traje de la Estatua de la Libertad y un gran cartel que diga: ‘Esto es basura’.”. Como investigador de la escena del crimen o analista forense, ¿puede su carrera o su reputación resistir esto? La verdad importa.

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