¿Qué es el Tribunal FISA? ¿Cuándo se creó?
El Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera de Estados Unidos o tribunal FISA para abreviar es un tribunal federal estadounidense autorizado y establecido en virtud de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera de 1978. La función de este tribunal es supervisar las solicitudes de órdenes de vigilancia contra presuntos espías extranjeros dentro de EE.UU. por parte de los servicios de inteligencia y las fuerzas del orden con el fin de garantizar la seguridad nacional. Estas solicitudes de órdenes de vigilancia nacional suelen ser presentadas por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) o la Oficina Federal de Investigación (FBI).
Cada solicitud de orden judicial FISA debe presentarse en primer lugar a un juez del tribunal. A pesar de este proceso formal de solicitud, es extremadamente raro que se denieguen las solicitudes de órdenes FISA, ya que de las 18.746 solicitudes que se presentaron entre 1974 y 2004, todas menos 4 fueron concedidas. Además, una solicitud de orden FISA denegada puede recurrirse ante el Tribunal de Revisión de la Vigilancia de Inteligencia Extranjera de Estados Unidos. Es más, el Fiscal General está facultado para autorizar el empleo de emergencia de la vigilancia electoral sin la aprobación del tribunal FISA, siempre que lo notifique al tribunal y solicite formalmente una orden judicial en los siete días siguientes al despliegue de dicha vigilancia.
Debido a la naturaleza de los casos que se presentan ante el tribunal y a las posibles implicaciones que tendría el hecho de que el público se enterara de cierta información clasificada, el tribunal FISA funciona bajo un estricto secreto. Además, sólo los abogados con licencia para ejercer la abogacía en Estados Unidos pueden comparecer ante el tribunal FISA y un juez debe estar de guardia en todo momento para presidir las solicitudes que puedan presentarse en situaciones de coacción. Aunque se conservan grabaciones de los procedimientos judiciales, no se ponen a disposición del público. Sin embargo, en algunas ocasiones se han hecho públicos algunos procedimientos, aunque con toda la información clasificada redactada.
¿Qué tipo de casos se presentan ante el tribunal FISA?
La primera vez que mucha gente puede haber oído mencionar o hacer referencia al tribunal FISA fue cuando Edward Snowden publicó documentos de alto secreto en los que se detallaba una orden judicial por la que se aprobaba la recopilación masiva de metadatos relativos al público estadounidense mediante vigilancia secreta en 2013. Grandes empresas estadounidenses e internacionales como Apple, Microsoft, Google, Facebook y Yahoo fueron cómplices en la recopilación de estos datos. Además, como Snowden había trabajado anteriormente para la Agencia de Seguridad Nacional y el FBI, el nivel de videovigilancia al que se había sometido al público estadounidense quedó expuesto por primera vez.
Aunque en general aún se desconoce la magnitud y el alcance exactos de la revelación de Snowden, este divulgó archivos de los principales países industrializados de todo el mundo. Según estimaciones aproximadas, se trata de 15.000 o más archivos australianos, al menos 58.000 archivos de los servicios de inteligencia británicos, y entre 50.000 y 200.000 documentos de la NSA, aunque un informe desclasificado de la Agencia de Inteligencia de Defensa cifraba esta cantidad en más de 900.000. Algunos han situado la estimación global sobre el número de documentos que Snowden descargó de las agencias de vigilancia y defensa estadounidenses en más de 1,5 millones. Todas las agencias y juntas gubernamentales implicadas en la filtración de datos de Snowden han postulado que sus acciones condujeron a un posible quebranto de la seguridad nacional de todos los respectivos países implicados.
En particular, la NSA acusó a Snowden de tener en su poder documentos que contenían información muy sensible en la que se detallaba el modus operandi de la NSA. La NSA afirma que la publicación de estos documentos permitirá a los enemigos de la nación eludir y socavar los intentos de vigilancia estadounidenses. Un artículo de 2015 del New York Times afirma que destacados grupos terroristas extremistas islámicos, como el Estado Islámico, habían cooptado los hallazgos de Snowden y los habían utilizado para combatir a las fuerzas de defensa estadounidenses en la región. A la luz de todas estas afirmaciones, Snowden sostiene que no divulgó arbitrariamente documentos a periodistas para su propio beneficio personal, sino que deseaba informar al público sobre el nivel de vigilancia al que habían sido sometidos durante años.
¿Cuál es la percepción pública sobre el tribunal FISA?
Es de esperar que la opinión pública sea negativa y cínica en relación con el tribunal FISA y los procedimientos aplicables. Aunque el público ya criticaba al tribunal FISA antes de la publicación de los datos de Edward Snowden, los comentaristas políticos han expresado sus sospechas sobre el tribunal desde los atentados del 1 de septiembre de 2001. Por ejemplo, el analista de seguridad nacional Russ Tice se refirió a la FISA como un tribunal “canguro” o farsa con un “sello de goma” debido al número extremadamente bajo de casos que el tribunal ha denegado desde su creación en 1978. Por otra parte, el presidente del tribunal FISA, Reggie B. Walton, ha rechazado esta caracterización, alegando esencialmente que el extenso proceso de revisión necesario para solicitar simplemente una orden FISA ante el tribunal descarta cualquier solicitud que pudiera considerarse descabellada.
Desde la perspectiva del ciudadano estadounidense de a pie, el aspecto más impactante de la revelación de datos de Snowden fue el papel que desempeñaron las principales empresas tecnológicas a la hora de ayudar a las agencias de inteligencia estadounidenses e internacionales a obtener información personal. Cuando las personas se registran en redes sociales como Twitter y Facebook o crean cuentas de correo electrónico en empresas como Yahoo, lo hacen dando por sentado que su información se mantendrá privada en todo momento. Aunque se ha revelado que algunas empresas como Yahoo pusieron objeciones a la recopilación de estos datos impugnando las sentencias dictadas en el tribunal FISA, el nivel de confianza que los ciudadanos tienen en las empresas que almacenan información pública ha disminuido sin duda alguna. Es probable que, a pesar de los esfuerzos realizados, esta confianza nunca se recupere por completo.