Privacidad de la retransmisión durante el coronavirus
December 03, 2024 | 11 minutes read
Vivimos en un mundo en el que casi todo está grabado. Con pequeñas y potentes cámaras a nuestra disposición -en nuestros teléfonos, portátiles y tabletas- podemos capturar prácticamente cada parte de nuestras vidas digitalmente si queremos. Además, para que casi todo el mundo las vea, podemos subir esas imágenes prácticamente al instante, y el número de usos de esos vídeos es prácticamente ilimitado. Aplicaciones como Snapchat, Instagram, Periscope de Twitter y Facebook se utilizan para grabar y revelar comportamientos ilegales, difundir trucos y estrategias de belleza y realizar sincronizaciones labiales en nuestros coches.
En todo el mundo, los gobiernos están respondiendo a la emergencia de salud pública que supone el coronavirus con un despliegue sin precedentes de métodos de vigilancia diseñados para detectar y controlar a cualquier persona que pudiera estar infectada. Estas políticas han exacerbado significativamente las controversias actuales sobre los derechos de los ciudadanos privados y el control gubernamental. Algunos de los más acérrimos activistas de la privacidad coinciden en que la crisis actual requiere formas extraordinarias de vigilancia y la reevaluación de ciertas políticas de privacidad, como la ley de libertad de información y la ley de protección de datos.
Sin embargo, diversos países logran un equilibrio entre la salud pública y la privacidad individual empleando diferentes estrategias. Con la llegada de las modernas tecnologías de vigilancia, las opciones de los responsables políticos muestran cómo equilibran el peso relativo de la salud pública y la privacidad, y cómo este equilibrio podría cambiar a medida que surjan problemas modernos.
El vídeo en directo es la herramienta a la que recurren las personas influyentes
Dispositivos como cámaras portátiles, cámaras para niñeras, modernos sistemas de circuito cerrado de televisión y otras minúsculas y discretas grabadoras inalámbricas han permitido al público en general vigilar a otras personas sin su conocimiento o consentimiento explícitos.
Aunque las grabaciones de niñeras u otras formas de trabajadores, inquilinos y visitantes a través de cámaras ocultas en viviendas u otras propiedades privadas suelen estar permitidas por las leyes federales y estatales de Estados Unidos, se aplican algunas restricciones: en primer lugar, que la grabación sea sólo de vídeo, ya que las que contienen audio suelen infringir las leyes federales sobre escuchas telefónicas; y en segundo lugar, que dichas grabaciones se limiten a zonas comunes y no a dormitorios y aseos, donde se espera un nivel absoluto de confidencialidad.
Los dispositivos de vigilancia pueden aceptarse en algunos casos siempre y cuando sus sujetos sean conscientes de ellos y se beneficien de su presencia. Algunos ejemplos son las videoconferencias domésticas o de empresa y los sistemas de vigilancia.
El vídeo en directo es una plataforma muy personal que se dirige idealmente a personas influyentes y a individuos que crean su marca. Esta comunidad tiene un amplio abanico: desde jóvenes estrellas de YouTuber a políticos prometedores, pasando por personalidades del marketing. Muchas redes también se están moviendo para convertir el vídeo en directo en una opción lucrativa para los influencers, permitiendo donaciones y propinas en retransmisiones de actividades como juegos y entregas de premios.
Para cualquier retransmisión en directo, hay múltiples derechos legales implicados, que van desde los derechos de autor y marca registrada hasta el derecho a hacer publicidad, pasando por la libertad de hablar y recopilar información amparada por la Primera Enmienda y el derecho a la privacidad. A medida que plataformas como Facebook Live y Snapchat se hacen más populares y accesibles, las consecuencias de emitir contenidos en directo a través de Internet son cada vez más complejas.
¿Qué puede hacer una retransmisión en directo a tu reputación?
La retransmisión en directo puede comprometer tu reputación, tanto si eres la persona que retransmite como si eres el sujeto del vídeo:
- Como persona que retransmite: si cuelgas una emisión en directo en tu sitio web, se te considerará responsable del contenido, aunque tengas muy poca influencia en lo que ocurra una vez en directo. La legalidad de la retransmisión en directo puede variar en función de la situación y de las leyes concretas del país en el que te encuentres. Aun así, a nivel ético, siempre hay que responsabilizarse si se viola la privacidad de otros, aunque no se haga deliberadamente. Los resultados de tus búsquedas son importantes y repercuten tanto en tu vida profesional como personal. Una gran repercusión puede incluso perjudicar tu trabajo, desanimando a empleadores actuales o potenciales.
- Como sujeto de un vídeo: Como sujeto desprevenido de un vídeo, antes de que tengas la oportunidad de actuar en consecuencia, puedes encontrarte con la difusión de detalles personales y sucesos que te retratan bajo una luz poco favorecedora. La transmisión en directo hace que sea mucho más probable que compartas vídeos comprometedores en Internet sin tu permiso. Aunque algunas plataformas como Meerkat solo emiten la transmisión en directo, y Periscope no almacena las grabaciones de vídeo durante más de 24 horas, esta seguridad no existe para Facebook Live. Cuando se elimina deliberadamente, un vídeo de transmisión en directo debe pasar a un mensaje de vídeo estándar. Incluso si tiene una razón legal para que se elimine el vídeo, el procedimiento lleva tiempo y es probable que el vídeo se publique varias veces.
Piratería de eventos en directo
Las aplicaciones de transmisión de vídeo en línea han generado problemas adicionales con los juegos, los deportes y otros materiales considerados propiedad intelectual (“PI”), los derechos de autor, las patentes, las marcas comerciales y los secretos comerciales. Las principales organizaciones deportivas fueron las primeras en reconocer el potencial de Meerkat, Periscope y otras aplicaciones relacionadas para amenazar la oportunidad de ganar dinero con los eventos en directo. Los derechos de televisión en directo y la venta de entradas son los principales motores de ingresos de las ligas deportivas profesionales. Estas fuentes de ingresos se ven amenazadas desde hace tiempo por la creciente accesibilidad de los particulares a los servicios de vídeo y streaming en directo, frente a las cadenas de televisión tradicionales y por cable.
Los tres mejores consejos para generar confianza
- Si la obtienes, protégela: Sigue procedimientos de protección justos para salvaguardar la información personal del acceso indebido y no autorizado de particulares. Asegúrese de que todas y cada una de las personas y propiedades privadas que aparecen en la transmisión cuentan con la aprobación directa del propietario, y las que no tienen permiso deben ser redactadas de forma efectiva.
- Sea transparente y franco sobre cómo recopila, utiliza y comparte la información personal de los clientes. Piense en cómo pueden esperar los usuarios que utilice sus datos y diseñe modalidades para proteger sus datos por defecto, como la redacción de vídeos.
- Genere confianza haciendo lo que se compromete a hacer. Explique al público de forma clara y concisa qué significa la privacidad para su empresa y las medidas que toma para obtenerla y preservarla.
Salvaguardar sus datos y gestionar su privacidad
- Comparte con cuidado: cuida de ti mismo y de los demás en Internet antes de publicar. Considera lo que muestra, quién puede verlo y cómo se verá ahora y en el futuro. Cualquier imagen o vídeo que viole la intimidad de un ciudadano inocente debe editarse en consecuencia utilizando software de redacción de vídeo.
- Sé dueño de tu presencia en Internet: Ajusta a tu gusto la privacidad y la protección de la información que compartes en sitios web y dispositivos. Cada ordenador, programa o navegador que utilices tendrá funciones diferentes que restringirán cómo y con quién intercambias información.
- Bloquee su inicio de sesión: sus contraseñas y nombres de usuario no bastan para proteger cuentas importantes como las de correo electrónico, banca y redes sociales. Refuerce la seguridad de las cuentas en línea y utilice métodos de seguridad sólidos con una aplicación en su dispositivo móvil, incluido un código especial de un solo uso.
Autorregulación y censura de las retransmisiones en directo
Para cualquier transmisión en directo, hay múltiples derechos legales implicados, que van desde los derechos de autor y marca registrada hasta el derecho a la publicidad, pasando por la libertad de hablar y recopilar información amparada por la Primera Enmienda, y el derecho a la privacidad. A medida que plataformas como Facebook Live y Snapchat se hacen más populares y accesibles, las consecuencias de emitir contenidos en directo a través de Internet se hacen más complejas. Esta salida de la oscuridad, junto con la proliferación de apps relacionadas como Instagram Live, Snapchat y Periscope, ha creado una cosecha de problemas legales cuyas consecuencias aún no han salido a la luz en última instancia.
Algunas de estas preocupaciones son: ¿Cuáles son las consecuencias legales de grabar y transmitir material sin el permiso de otras personas a través de Facebook Live y similares? ¿Tendrían las personas grabadas algún derecho a controlar o prohibir la grabación y transmisión en estas grabaciones? ¿Qué influencia tienen las personas que aparecen en los vídeos si los videógrafos son responsables de la violación de la intimidad? ¿Qué pasaría si no lo fueran? ¿Se expondrían los propios streamers a responsabilidades civiles o penales? Por último, ¿qué ocurre con los proveedores de servicios de Internet (ISP): deberían ser considerados responsables de las acciones de los usuarios? ¿Podrían ser considerados responsables en virtud de la legislación aplicable?
Enfoques actuales de la censura de vídeos
Se han propuesto y aplicado diversas soluciones para proteger la privacidad en los vídeos. Las aplicaciones más populares son las transformaciones gráficas de regiones de imágenes que contienen información personal o privada identificable (IPI). Estas ofuscaciones pueden ser tan sencillas como eliminar o enmascarar caras en fotogramas de vídeo con formas. Otras ofuscaciones pueden ocultar objetos del entorno mediante desenfoque, pixelación o interpolación. Los métodos más sofisticados utilizan modelos de bordes y movimiento para enmascarar o borrar todo el contorno del cuerpo de la película en todo el fotograma. Muchas soluciones incluyen la codificación del componente de la imagen mediante una clave de cifrado oculta para ocultar la identidad. La deformación de la imagen de los rostros también es útil para limitar la detección y el reconocimiento. Aunque algunos estudios también han demostrado el uso de etiquetas RFID para localizar personas en el espacio, la mayoría de los estudios se basan en algoritmos de detección y seguimiento basados en imágenes para localizar un objeto en un fotograma de vídeo.
Existen programas informáticos de edición de vídeo que ofrecen una solución de este tipo. Empaquetadas como una solución completa, estas tecnologías permiten a las fuerzas de seguridad gestionar su flujo de trabajo de redacción de pruebas digitales en un único lugar. También les permite etiquetar el estado de las pruebas censuradas y exportar archivos de audio y vídeo totalmente censurados, incluidos registros de auditoría en los que se detallan las modificaciones realizadas en las pruebas por cada usuario para cumplir los requisitos de la cadena de custodia. Este software de redacción como servicio puede detectar y redactar automáticamente todos los rostros y partes del cuerpo de un vídeo mediante la integración de inteligencia artificial y aprendizaje automático.
Conclusión
Probablemente sólo estemos viendo el principio de los problemas y cuestiones legales relacionados con la retransmisión en directo. Para el ciudadano medio, todos estos problemas son los mismos que para las cadenas comerciales. Si a esto se añaden los problemas de relaciones públicas que implica tener acceso público a lo que antes estaba entre bastidores, es evidente que el camino que queda por recorrer es sombrío. El streaming en directo y la mayor apertura añaden mucho a nuestras vidas, pero conllevan un cambio en nuestra percepción de lo que era y será privado.
La mayoría de las plataformas de streaming tienen condiciones de servicio que prohíben a los usuarios infringir los derechos de autor de otras personas, violar marcas registradas o derechos de ejecución de música, cine, televisión, etc. Tales condiciones forman parte de las normas de seguridad de la Ley de Derechos de Autor para el Milenio Digital (DMCA) de 1998, pero existen más para la seguridad del proveedor que para el usuario habitual de streaming. Cuando los consumidores violan una marca, se les considerará responsables de la violación.
La privacidad es el derecho a gestionar la información personal, mientras que los derechos de publicidad son el derecho a proteger su nombre e imagen para que no se utilicen con fines comerciales. Estos privilegios pueden variar de un estado a otro, por lo que debes verificar las leyes pertinentes en el estado desde el que transmites. En general, debes contar con el permiso de todas las personas que aparezcan en un vídeo retransmitido en directo, especialmente si lo haces para uso comercial. Cualquier información confidencial que pueda quedar expuesta accidentalmente en una transmisión en directo, incluidos los rostros de menores y ciudadanos particulares, debe tratarse como tal y eliminarse utilizando software de redacción de vídeo y audio. Hay que tener en cuenta que se espera privacidad. Una persona puede estar en público, pero si, en ese caso, el ciudadano medio tiene normas de privacidad (aunque esté en público), entonces la transmisión de vídeo en ese entorno debería estar prohibida.