Navidad 2017. Una reflexión sobre las fuerzas policiales
December 13, 2022 | 9 minutes read
Para CaseGuard los agentes de policía son una prioridad, junto con su tiempo y seguridad. Estos dos factores están sujetos a un abuso rutinario en el transcurso de la carrera de los oficiales, principalmente por fuerzas externas. En lo que respecta al tiempo, los sistemas a los que acceden los agentes para realizar su trabajo habitual pueden ser engorrosos. Esto es algo que abordamos directamente en todos y cada uno de los productos que ofrecemos. Pero también se abusa del tiempo de los oficiales cuando estos atienden a llamadas que fueron reportadas como una emergencia y que en realidad no lo son. También puede ocurrir que tengan que esperar en el juzgado después de turnos de noche consecutivos, sólo para no ser llamados porque el acusado acaba firmando un acuerdo de culpabilidad cinco minutos antes de su comparecencia en el juicio. Hay cosas que no podemos cambiar por más que queramos, pero podemos ayudar a garantizar la seguridad de los agentes. Con el día de Navidad a la vuelta de la esquina, queremos compartir con ustedes lo que quisiéramos para las fuerzas del orden en los próximos años.
Vivir en 2018 “Por debajo de los 100”
La campaña “Por debajo de los 100” no es nueva para las fuerzas del orden y ha ganado fuerza desde el 2010 gracias a muchos partidarios y a la visión del Mayor Travis Yates del Departamento de Policía de Tulsa. La idea inicial consistía en reducir los riesgos de la conducción a alta velocidad al disminuir la velocidad de respuesta de los oficiales, incluso para las llamadas de emergencia, a la vez que se hacía hincapié en despejar las intersecciones mientras los agente acudían al llamado. Hemos visto muchas innovaciones tácticas relativas al tema de las intersecciones, algunas son tan tremendamente exitosas que es una pena que no puedan instalarse en todo el país. El Departamento de Policía de Spokane en el estado de Washington es referencia en la aplicación de prácticas de conducción seguras mientras se responde a las llamadas de emergencia. Internet está lleno de testimonios de esta buena práctica.
La campaña “Por debajo de los 100” ha abordado además otros factores clave responsables de la muerte en servicio de los oficiales como: la condición física y la dieta, las emboscadas, la complacencia y otros aspectos de la seguridad de los vehículos. Tanto históricamente como hoy en día, estar listo para los aspectos físicos del trabajo, conducir de forma controlada y prepararse con anticipación para enfrentar situaciones peligrosas son la clave del éxito mientras se patrulla. Cuando consultamos los registros de oficiales caídos, vemos a personas con familias e hijos que los esperaban en casa y dependían de ellos. Además, salta a la vista el triste hecho de que muchos de estos agentes fueron asesinados.
Emboscadas, tiroteos, atropellos por vehículos, puñaladas y agresiones
En el presente año 2017 son diecisiete las causas de muerte relacionadas con la pérdida de personal en el cumplimiento del deber. De estas, las siguientes cinco se relacionan con el tema que tratamos hoy: asalto, disparo, apuñalamiento, atropello por vehículo y accidente de tráfico durante la persecución de vehículos. Estos cinco factores son los causantes de la mayoría de las muertes en la línea del deber y han acompañado a las fuerzas policiales durante mucho tiempo. Muchas más vidas de las que debiéramos nosotros permitir son robadas de esta manera y aun así la policía sigue haciendo este trabajo en nuestro nombre.
¿Aplicaría usted a un trabajo en el que estuviera diariamente expuesto morir de las cinco formas antes mencionadas? La gran mayoría de nuestra sociedad no quiere presenciar estos eventos o ser el agresor y mucho menos convertirse en la víctima. Sin embargo, nuestros agentes siguen muriendo en estas circunstancias que representan el 53% de todas las muertes en acto de servicio que hemos experimentado en 2017. Las cifras son escalofriantes. La principal causa de muerte siguen siendo los tiroteos, que cobraron la vida de 44 oficiales este año. Aunque esta cifra ha disminuido en 19 en comparación con el año pasado, es totalmente ridículo que estemos conformes con esto y lo veamos como un progreso porque no lo es. En el 2013 tuvimos la cifra más baja del siglo XXI con 32 oficiales asesinados por disparos y el año pasado fueron 63. Las cifras desde el 2000 siguen la misma tendencia año tras año, con 1543 muertes en acto de servicio atribuidas a la violencia directa contra los agentes. Podríamos dedicar mucho tiempo a debatir la distribución estadística de las dos últimas décadas, pero creemos que eso hace perder de vista a nuestros agentes caídos. ¿Por qué estamos de acuerdo con estas cifras? ¿Por qué no nos molestamos cuando grandes personas como la teniente Debra Clayton del Departamento de Policía de Orlando son asesinadas por un hombre buscado por matar a su ex novia embarazada y por disparar también al hermano de esta? ¿O cuando el oficial Keith Boyer del Departamento de Policía de Whittier fue asesinado por un miembro de una banda, recientemente puesto en libertad condicional y que había cometido otro asesinato horas antes en un accidente de tráfico provocado por él? ¿O el agente Houston Largo del Departamento de Policía de Navajo, que murió tras recibir un disparo de un delincuente que estaba agrediendo a su cónyuge, cuando los agentes intentaron entrar en la vivienda?
La pura realidad es que no abordamos el mayor problema al que se enfrentan nuestros agentes de la ley día tras día: la violencia incontrolada. Como sociedad nos cuesta aceptar que hay algunos entre nosotros que, por muy simpáticos que sean en el trabajo, en la gasolinera, en el parque del barrio o incluso en el hogar, son capaces de ejercer una violencia grave, que en última instancia termina en asesinato. ¿Cuándo vamos a admitir que el mayor problema al que se enfrentan los agentes de policía somos nosotros? Puede que no sea usted, ni su vecino, ni la persona de enfrente, pero tal vez sea la persona que vive en la esquina o una de las personas con las que comparte el automóvil para ir al trabajo o una persona de su iglesia. No es que usted deba vigilar su temperamento a cada paso o predicar un enfoque no violento de la vida. Se debe respetar el derecho de cada persona a tener sus propios pensamientos sin la molestia de la interrupción y el juicio de otros. Sin embargo, podemos ver estos hechos y cuando admitimos colectivamente que nuestra sociedad es la causante del mayor problema, ¿qué queda por hacer? Es en este momento cuando debemos exigir consecuencias para estos actos atroces. Convertir el asesinato de agentes de policía en una sentencia obligatoria de cadena perpetua sin libertad condicional es la respuesta más completa que podemos ofrecer como sociedad en 2017. Desincentivar por completo cualquier idea de violencia contra los agentes es un compromiso que debemos asumir ahora por la calidad de vida de las esposas y esposos, los hijos y las familias que soportan a diario la carga de nuestra inacción. No debería ser necesario que otro agente sea asesinado violentamente para que pasemos a la acción. Empecemos escribiendo a nuestros representantes del Gobierno para decirles que, independientemente de la reforma de la justicia penal, no queremos que se les conceda perdón a quienes maten a agentes de la ley. Cuantas más personas escriban a los políticos sobre este tema, más difusión recibirá el asunto. Cuanto más exijamos una acción específica, clara y fácil de entender para cualquiera, independientemente de su partido, más difícil será para nuestros representantes ignorar nuestro pedido.
Conocemos de esfuerzos como los que se están llevando a cabo en Delaware en respuesta a la muerte del teniente de prisiones Steven Floyd, quien fue asesinado en un motín en febrero. Aplaudimos sinceramente el esfuerzo, pero creemos que es más realista luchar por el establecimiento de cadena perpetua sin libertad condicional para los que asesinan a agentes de policía.
Conclusiones
Esta Navidad no sólo queremos rendir homenaje a los agentes que trabajan en Nochebuena, Navidad y los días anteriores y posteriores, sino que también queremos garantizar que vuelvan a casa con sus familias. Reducir a la mitad el peligro al que se enfrentan los agentes es el mayor regalo que podemos hacerles como ciudadanos. Ellos lo merecen y basta con una simple acción por nuestra parte para lograrlo. No hay factores que considerar en estos incidentes, porque nada puede justificar el acto violento de un criminal al matar a un agente de la ley cuando este intenta protegernos y servirnos. Nuestro sistema judicial proporciona a todas las personas el tiempo y el lugar para discutir la validez de su detención. Asesinar a un policía porque no se quiere volver a la cárcel es inaceptable y el castigo para los que cometan dicho delito debe ser severo. Al eliminar las opciones de libertad condicional en estos casos dejamos bien claro que ser violento con la policía nunca acaba bien. Esta medida incitará a los delincuentes que quieran evitar la detención a tomar decisiones diferentes. Actualmente los criminales matan impunemente, ya que incluso de ser declarados culpables pueden quedar libres.
Si ha estado leyendo los artículos de CaseGuard durante los últimos dos años, sabrá que historias como la de Clifford Dicker, ayudante del sheriff del condado de Wythe ilustran claramente por qué debemos tomar esta medida. La familia de Dicker todavía se enfrenta a su asesino cada año en las audiencias de libertad condicional. Su asesino todavía no tiene ningún remordimiento por haber ejecutado a Dicker a corta distancia mientras este yacía en el suelo de la casa del criminal, ya abatido. Es la muerte de Dicker y el riesgo corrido por todos los demás agentes que se han enfrentado a encuentros violentos lo que nos recuerda que como sociedad damos poder a quienes eligen la violencia cuando no castigamos como deberíamos a estos criminales. Los agentes de policía son tan funcionarios de los tribunales como los abogados. ¿Por qué no defenderlos como lo haríamos si esos mismos criminales ejecutaran a un fiscal, un juez o un abogado defensor en una sala de justicia? Como ciudadanos debemos garantizarles a los agentes del orden la dignidad que merecen y luchar esta batalla con ellos porque la policía ha aceptado los riesgos de trabajar en nuestro nombre.
Mientras hacemos esto, no olvide visitar el proyecto “No Libertad Condicional” de la página web www.odmp.org dedicada a conmemorar a los oficiales de policía caídos. Desde allí imprima y envíe cartas a cada junta de libertad condicional que revise la sentencia de un criminal que haya matado a un oficial para decir claramente que no queremos que estas personas vuelvan a la calle.
CaseGuard le desea una feliz Navidad para usted y su familia y que su hogar esté en paz.