Google, Servicios de Geolocalización, Privacidad

Google, Servicios de Geolocalización, Privacidad

Si bien los servicios de geolocalización móvil y en línea han alterado por completo la forma en que la gente de todo el mundo viaja a sus respectivos destinos, el uso incontrolado de tales tecnologías tiene el potencial de infringir los derechos de privacidad personal de todas las partes implicadas. En este sentido, la multinacional tecnológica Google ha sido acusada recientemente de utilizar la función de geolocalización de sus teléfonos Android para rastrear ilegalmente a los usuarios de dichos teléfonos. Es más, estas mismas acusaciones han sido formuladas por consumidores y cargos electos de dos países diferentes, ya que se alega que Google ha violado los derechos de privacidad de ciudadanos estadounidenses y franceses.

Servicios de geolocalización

Aunque las acusaciones concretas contra Google en materia de protección de datos en Estados Unidos y Francia varían en sus detalles y naturaleza, ambas se basan en la misma cuestión subyacente del uso no autorizado de servicios de geolocalización. Por lo que respecta a los EE.UU., las acusaciones fueron presentadas por el Fiscal General de Arizona (EE.UU.), Mark Brnovic. Con este fin, Brnovic alega que Google ha desarrollado sus dispositivos IOS Android de una manera que engaña a los usuarios de dichos dispositivos en lo que respecta a la capacidad de dichos usuarios para gestionar la función de servicios de geolocalización que está presente en estos dispositivos. Aunque Google afirma que los usuarios de teléfonos Android pueden gestionar la función de servicios de localización a su entera discreción, las alegaciones de Brnovic afirman lo contrario.

Más concretamente, Brnovic alega que Google ha infringido la Ley de Fraude al Consumidor de Arizona, y ha afirmado que “cuando los consumidores intentan excluirse de la recopilación de datos de localización por parte de Google, la empresa sigue encontrando formas engañosas de obtener información y utilizarla con fines lucrativos”. Debido al hecho de que las grandes empresas como Google dependen de las cantidades masivas de datos que obtienen de los consumidores de todo el mundo para impulsar sus márgenes de beneficio de acuerdo con los esfuerzos de publicidad dirigida, así como otras formas de comercialización, las acciones de estas empresas a veces puede parecer que están en desacuerdo con su objetivo declarado de proteger la información personal y la privacidad de sus clientes.

Códigos publicitarios

Por otra parte, las acusaciones presentadas contra Google en Francia giran en torno a la violación por parte de la empresa de la legislación nacional en materia de privacidad. Dado que Francia es un Estado miembro de la UE, las empresas que prestan servicios a clientes dentro del país son responsables de cumplir las disposiciones del GDPR al llevar a cabo sus operaciones. En particular, empresas como Google deben obtener el consentimiento de los consumidores de los países europeos antes de recopilar sus datos personales, independientemente de la naturaleza de dichos datos. Asimismo, el Centro Europeo de Derechos Digitales (NOYB) ha presentado una demanda en la que alega que Google ha utilizado sus teléfonos Android para crear y almacenar ilegalmente códigos publicitarios únicos.

Dado que estos códigos sirven esencialmente para rastrear las actividades en línea y fuera de línea de los usuarios de Android, la demanda de NOYB alega que estos códigos se compartieron y vendieron a terceros de una manera que anulaba los permisos que dichos usuarios aceptaron al utilizar sus teléfonos. Si se demuestra que estas acusaciones son ciertas, representarían una clara violación de las políticas del GDPR relativas a la recopilación de datos, ya que la ley prohíbe a los recopiladores y procesadores de datos utilizar los datos personales para cualquier fin distinto del que se proporcionó a un sujeto de datos en el momento en que se recopilaron sus datos. Para contextualizar, las violaciones del cumplimiento del GDPR ya han costado miles de millones de dólares a empresas estadounidenses en toda la UE.

Historial de privacidad de datos de Google

Por si fuera poco, Google ha sido acusada de violar la privacidad personal de varios consumidores de todo el mundo en numerosas ocasiones durante la última década. Por ejemplo, la empresa se vio obligada a llegar a un acuerdo con la Comisión Federal de Comercio (FTC) en 2019 después de que se descubriera que la empresa tecnológica había violado la Ley de Protección de la Privacidad Infantil en Línea (COPPA) en relación con el seguimiento no autorizado de niños que utilizaban Youtube. El acuerdo obligaba a Google a “pagar 136 millones de dólares a la FTC y 34 millones de dólares a Nueva York” por diversas violaciones de la COPPA. Además, la empresa tecnológica está siendo investigada en los 50 estados de EE.UU. por presuntas infracciones antimonopolio.

Por otro lado, Google ha respondido a esta multitud de acusaciones, cargos y acuerdos afirmando que la empresa ofrece a los usuarios de sus distintos dispositivos y servicios total transparencia sobre la forma en que se recopila, utiliza, transfiere, almacena y, en última instancia, se divulga su información personal. Según la empresa, los usuarios tanto del navegador Chrome como de los dispositivos Android IOS tienen la posibilidad de activar un interruptor en los menús de configuración de estos servicios si desean dejar de utilizar los servicios de geolocalización. Y ello a pesar de que los investigadores del estado de Arizona han afirmado que algunas de las aplicaciones de Google, como las de mapas y meteorología, no disponen de ajustes directos de información de geolocalización.

Dado que la tecnología de geolocalización es un avance relativamente nuevo, el verdadero impacto de las acciones en las que Google supuestamente ha participado en lo que respecta a la privacidad personal de los millones de usuarios que utilizan sus dispositivos y servicios no se hará evidente hasta que haya pasado más tiempo. Aunque Google ha resuelto varias demandas millonarias en los últimos años, la naturaleza y el alcance de la empresa hacen que estas infracciones sean una realidad inevitable, especialmente en los países de la UE que están bajo la jurisdicción del GDPR. Por lo tanto, los consumidores tendrán que actuar con la diligencia debida al utilizar los productos de Google en un intento de salvaguardar sus datos y su privacidad.

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