Giglio contra Estados Unidos. Un estudio de caso
Los funcionarios del orden público en los Estados Unidos, tanto a nivel federal como estatal y local, dependen de su reputación para lograr procesamientos exitosos. Ya sea a través de un testimonio oral dado en un tribunal de justicia o utilizando la palabra escrita, los agentes de la ley deben esforzarse por decir siempre la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Teniendo esto en cuenta, ¿qué ocurre cuando se descubre que un agente de la ley ha mentido u omitido deliberadamente información pertinente ante un tribunal? En los círculos de las fuerzas del orden, ser considerado un “gigliado” es una de las peores cosas que le pueden pasar a un agente y esta categorización, sin lugar a dudas, tiene efectos devastadores en el futuro profesional de cualquier policía. En el famoso caso de Giglio contra Estados Unidos, el Tribunal Supremo decidió que cualquier prueba (ya sea digital o física) u otro material que pueda poner en duda el valor o la exactitud del testimonio de un testigo debe ser revelado por la acusación en el momento del juicio. Al echar un vistazo a los fundamentos que rodean este caso y conocer sobre los errores cometidos por el gobierno, podemos desarrollar estrategias para asegurar que los agentes de la ley y otros testigos no se vean afectados por algún material que potencialmente pueda inutilizar su testimonio.
El caso
Los años setenta fueron tiempos turbulentos en Estados Unidos. La guerra de Vietnam estaba en pleno apogeo y la oposición a dicho conflicto en el país era tremenda. La Guerra Fría continuaba sin avizorarse un fin y los ataques terroristas en todo el mundo se estaban convirtiendo en algo habitual. En 1972 el Tribunal Supremo decidió escuchar el caso de John Giglio. Giglio había sido condenado por fraude bancario en 1966 después de que el FBI descubriera que había falsificado aproximadamente 2300 dólares en giros postales. Robert Taliento, que estaba empleado como cajero en el banco, ayudó a Giglio en su plan. Cuando se descubrieron sus delitos, la Fiscalía de los Estados Unidos ofreció a Taliento inmunidad a cambio de su testimonio contra Giglio. Este hecho no fue revelado por la fiscalía durante el juicio inicial de Giglio. El Tribunal Supremo dictaminó que debería haber sido revelado durante el juicio inicial y ordenó que el Sr. Giglio fuera sometido a un nuevo juicio. La decisión del tribunal creó un precedente para que en cualquier proceso futuro se tuviera que revelar cualquier información similar.
El efecto en la aplicación de la ley
La decisión del Tribunal Supremo en este caso tuvo un impacto inmenso en los agentes de la ley, que deben testificar regularmente en los tribunales como parte de sus funciones oficiales. Aunque las políticas pueden variar, por regla general la mayoría de los fiscales no trabajan con un agente de la ley que tenga “material de Giglio” en su expediente. Entonces, ¿qué deben hacer los departamentos y organismos encargados de hacer cumplir la ley con los agentes que tienen “material Giglio”? ¿Qué contribución positiva pueden hacer estos agentes a sus equipos? ¿Cuentan los departamentos o las agencias con alguien dedicado exclusivamente a la gestión de pruebas? Si hay pruebas que no se van a necesitar en los tribunales, estos funcionarios pueden ser utilizados en el almacenamiento, el seguimiento y la destrucción final de dichas pruebas. ¿Se puede utilizar a estos agentes en una función de capacitación? La mayoría de los departamentos y organismos siempre necesitan instructores de armas de fuego y empleados que sean competentes en ofrecer formación sobre sistemas de evidencias. Si bien estos funcionarios no pueden trabajar en casos penales, es posible utilizarlos en la realización de investigaciones administrativas, como la comprobación de antecedentes. Los departamentos y organismos policiales deben ser flexibles a la hora de tratar con funcionarios que puedan tener estos problemas.
Giglio en acción
Un ejemplo reciente e interesante de las repercusiones a las que puede enfrentarse un agente de la ley si tiene “material Giglio” en sus antecedentes nos llega desde una pequeña ciudad de Carolina del Norte. En octubre de 2017, la Oficina del Sheriff del Condado de Catawba recibió una carta de la Oficina del Fiscal del Distrito informando de que uno de sus administradores tenía “material Giglio” en sus antecedentes y ya no sería aceptado como testigo en ningún caso criminal. Esta decisión se tomó a raíz de que la Fiscalía de su región descubriera que más de diez años antes, el administrador había intentado hacer una compra con un billete de 20 dólares falso. En ese momento el administrador fue interrogado, pero no se le acusó de ningún delito. Sin embargo, el administrador no informó a la Fiscalía local del incidente y siguió investigando casos penales. Como resultado de las acciones de este administrador, casi 60 casos penales han sido desestimados o anulados en apelación. Un agente de la ley cuyas acciones crean potencial “material Giglio” no sólo pone en peligro su carrera, sino que también atenta contra el buen trabajo de sus compañeros. Los detalles de este suceso siguen siendo cuestionados y existe cierta preocupación de que este incidente pueda tener alguna motivación política. Sin embargo, la clave aquí es que, a pesar de la cuestionable naturaleza del incidente, los hechos que se han establecido sí requerían una notificación adecuada a todas las oficinas de la Fiscalía con las que el administrador estuvo en contacto a partir de 2005. Si se hubiera hecho esa notificación, es muy posible que el resultado hubiera sido diferente a que el administrador fuera condenado al ostracismo público, poniendo fin a su carrera policial.
¿Qué se puede hacer para evitar estos problemas?
En primer lugar, la mejor manera de evitar estos problemas es esforzarse siempre por ser cien por ciento veraz cuando se realizan tareas policiales. Siempre se recomienda que los agentes de la ley graben digitalmente cualquier interacción entre ellos y los sospechosos o testigos. Teniendo esto en cuenta, también es imperativo que los agentes de la ley reciban la formación adecuada para utilizar el sistema de gestión de pruebas digitales de su departamento o agencia. Al testificar ante un tribunal, los agentes de la ley deben llevar consigo los expedientes de sus casos para evitar cualquier confusión o error que pueda ser considerado por el tribunal como deshonestidad. Además, si a un agente de las fuerzas del orden se le hace una pregunta de la que no sabe la respuesta, no hay nada malo en decirle al abogado o al juez que no recuerda o no sabe la respuesta a la pregunta. No merece la pena sacrificar la reputación y/o la posible progresión profesional por ningún caso.
Conclusiones
El caso Giglio contra Estados Unidos ha tenido un efecto dramático en la comunidad de las fuerzas del orden y en la forma en que desempeñan sus funciones cotidianas. Los agentes de la ley a los que se acusa de tener “material Giglio” a menudo se encuentran estancados y el departamento o la agencia para la que trabajan debe encontrar una manera de que sigan siendo miembros productivos del equipo. Si son honestos y sinceros, especialmente cuando testifican ante un tribunal, los agentes de la ley pueden evitar cualquiera de estos problemas. Es importante que los agentes de la ley se recuerden a sí mismos periódicamente que no vale la pena arruinar su reputación o su buen nombre por ningún caso. Al servir a sus comunidades con honestidad e integridad, los agentes del orden pueden minimizar sus posibilidades de sufrir dificultades y maximizar su potencial para contribuir al bien común.