Trump, el FBI, nuevas acusaciones y normas de redacción
September 06, 2022 | 5 minutes read
El 8 de agosto de 2022, los principales medios de comunicación de todo el mundo anunciaron que la Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos (FBI) había realizado una redada en la residencia de Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida del ex presidente Donald Trump. Esta redada se produjo debido a la preocupación del FBI por cierta información y material clasificado que supuestamente Trump había estado almacenando en su casa de Mar-a-Lago, incluyendo “lo que parecían ser registros presidenciales perdidos”, de acuerdo con 15 cajas de documentos que el ex presidente debía revelar a la Administración Nacional de Archivos y Registros (NARA) en enero de este año. Por su parte, el juez federal Bruce Reinhart, que preside el caso de Trump, está determinando en estos momentos si debe o no hacer pública la declaración jurada en la que se basó el allanamiento del domicilio de Trump hace dos semanas, ya que dicha declaración requerirá inevitablemente un trabajo de redacción.
Las Reglas Federales de Procedimiento Civil, que son las principales normas que rigen los procedimientos civiles que tienen lugar dentro del sistema judicial federal de Estados Unidos, ordenan que ciertas formas de información personal de identificación sean redactadas antes de poner los documentos a disposición del público. Por ejemplo, las iniciales de un menor, los cuatro últimos dígitos de los números de las cuentas financieras y el año de nacimiento de una persona son tres datos personales que deben redactarse en todos los documentos electrónicos o en papel generados por el sistema judicial federal de Estados Unidos. Pero, debido a la propia naturaleza de la comunicación humana, la supresión de cierta información clave de un documento puede ocultar otra información relevante contenida en el mismo.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos
Por otro lado, debido a la naturaleza del caso de Donald Trump, al Departamento de Justicia de Estados Unidos también le preocupa que la divulgación de ciertos documentos relacionados con el expresidente suponga una vulneración de la integridad de la investigación que se está llevando a cabo en su contra. Hasta el momento, el juez Reinhart planea escuchar más del Departamento de Justicia antes del 25 de agosto sobre la amplitud con la que los investigadores quieren mantener la confidencialidad del documento que describe los pasos y métodos de investigación que condujeron a la necesidad del registro. Reinhart dijo que aún no estaba convencido de que toda la declaración jurada deba permanecer sin revelar al público. No obstante, también se puede argumentar que redactar esta información perjudicaría la transparencia del caso, ya que la condición de Trump como ex presidente de EE.UU. dicta que los miembros del público tienen derecho a saber cómo sus acciones han impactado a la nación.
Transparencia frente a privacidad
En este sentido, si bien la reciente redada en la casa de Donald Trump tiene una serie de implicaciones sociales, legales y políticas, la redacción de documentos legales para evitar la divulgación de ciertos eventos, hechos o acciones no es en absoluto un fenómeno nuevo. Para ilustrar este punto, la ex secretaria de Estado de EE.UU. y candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton intentó redactar ciertos correos electrónicos suyos después de que se revelara que había utilizado un servidor de correo electrónico privado para enviar varios correos electrónicos en el marco de sus funciones como secretaria de Estado. A pesar de que muchas de estas redacciones estaban legalmente justificadas, se tomaron como un esfuerzo de Clinton para encubrir sus acciones, lo que dio lugar a que recibiera nuevas críticas por su papel en el escándalo y por su falta de transparencia con el pueblo estadounidense.
Por otra parte, el tema de la redacción y su relación con la transparencia pública también se ha planteado en el contexto de la investigación de los ensayos clínicos. Muchas empresas farmacéuticas que producen medicamentos y fármacos innovadores, como la vacuna contra el COVID-19, tratan de evitar la divulgación de detalles sobre las investigaciones clínicas realizadas o las transacciones comerciales que facilitaron el desarrollo de soluciones sanitarias. Por ejemplo, las personas que participan en investigaciones de ensayos clínicos en los Estados Unidos tienen derecho a que sus nombres estén protegidos de la divulgación pública. Sin embargo, el ciudadano de a pie quiere conocer sobre las investigaciones y prácticas comerciales que han influido en los fármacos y medicamentos que les recetan sus médicos, ya que esta información no puede obtenerse de otra fuente.
En las últimas semanas no se han probado las acusaciones levantadas contra el ex presidente Donald Trump y lo cierto es que la decisión de redactar parte de la información del caso ha sido difícil. Aunque sin duda muchos ciudadanos estadounidenses tienen curiosidad por saber qué información podría haber estado almacenando Trump en su domicilio personal, la divulgación de dichos datos podría repercutir en la capacidad del gobierno federal para demostrar su caso contra el ex presidente. Por otro lado, el juez Bruce Reinhart debe considerar que la publicacion de la declaración jurada redactada podría violar los derechos de privacidad personal de ciertos individuos, pero también debe cumplir con su obligación con el pueblo estadounidense en lo que respecta a la transparencia pública.