Pruebas de envasado y etiquetado

Pruebas de envasado y etiquetado

Nuestro sistema de justicia penal exige que los organismos encargados de hacer cumplir la ley sean responsables de la conservación y custodia de los bienes y pruebas recogidos o incautados en virtud de una autorización legal. El cumplimiento de las normas de manipulación, embalaje y etiquetado de las pruebas no sólo reducirá el coste inherente a la corrección de posibles errores, sino que también mitigará la posible responsabilidad del organismo. Todos tenemos claro que los organismos encargados de la aplicación de la ley de todo el país han establecido procedimientos y protocolos en este ámbito, sin embargo, de vez en cuando, puede ser una buena idea revisar la forma y el alcance en que los bienes y las pruebas se empaquetan, marcan e introducen en el software de gestión de pruebas para asegurarse de que los miembros del organismo están debidamente formados y siguen las políticas y procedimientos establecidos.

Las fotografías generales y detalladas de los elementos probatorios y de su ubicación relativa tal como se encontraron en el lugar de los hechos son esenciales para cualquier investigación. Las fotografías posteriores también deben capturar las pruebas a medida que se recogen. A modo de ejemplo, los agentes/investigadores pueden dejar constancia de un arma de fuego cargada puesta a buen recaudo mediante fotografías, documentando su estado, si estaba o no recargada y el número de cartuchos que contenía el cargador o la bombona. En todos los casos, esta práctica demostrará a los posibles jurados que las pruebas se manejaron de forma acorde con las normas profesionales. Los sistemas fiables de gestión de pruebas digitales capaces de realizar un seguimiento de la cadena de custodia son igualmente importantes en los tiempos que corren. Todas las pruebas deben precintarse correctamente. Aunque sólo en raras ocasiones, se ha sabido de agentes que han colocado sus iniciales y números de placa únicamente en la cinta de precinto, inutilizando el precinto y quizá poniendo en peligro la integridad de las pruebas en cuestión. El embalaje debe estar debidamente protegido para evitar la pérdida de rastros de pruebas o su contaminación.

El tipo de prueba determinará la forma más eficaz de embalarla. Las cajas especialmente diseñadas son el método óptimo para embalar armas de fuego, cuchillos u otros instrumentos cortantes. Todos los elementos de prueba deben incluir el número de caso de la agencia, el número de artículo, la clasificación del delito, la fecha y una breve descripción del contenido, incluidos los números de serie, si procede, y las iniciales y el número de placa del agente que los presenta. Evite describir el contenido de un paquete como “artículos varios”. Las pruebas biológicas deben estar debidamente etiquetadas por motivos de seguridad y manipulación especial. Una descripción clara y sucinta de las pruebas embaladas facilita la introducción de datos en el programa informático de gestión de pruebas.

El formulario de control de bienes y pruebas debe coincidir exactamente con la descripción del contenido del paquete. Esto facilitará la introducción de datos en los sistemas de gestión de pruebas y registros por parte del personal de la sala de pruebas y ayudará a los detectives encargados de investigar casos penales para su enjuiciamiento. Al igual que ocurre con la redacción de un buen informe, una descripción clara y concisa de los elementos probatorios beneficiará eficazmente tanto al agente que los presenta como al investigador durante su declaración ante el tribunal. La coherencia en esta función básica pero importante de nuestra profesión es la clave de nuestra credibilidad y, por extensión, del éxito del enjuiciamiento de los casos penales.

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