La tecnología de reconocimiento facial, ¿debería prohibirse?

La tecnología de reconocimiento facial, ¿debería prohibirse?

Debido al modo en que la tecnología de reconocimiento facial ha alterado las formas de capturar y registrar datos visuales, así como información biométrica, las opiniones sobre este innovador software son inevitablemente variadas. Por un lado, las cámaras de reconocimiento facial ofrecen a los empresarios y a las fuerzas del orden una herramienta útil para reducir la delincuencia y garantizar que los ladrones no puedan robar objetos o bienes sin ser castigados. Por otro lado, la forma en que estas cámaras se han implantado en la práctica ha llevado a muchos ciudadanos y defensores de la privacidad a expresar su preocupación por la vigilancia gubernamental, ya que las personas que residen en una comunidad o jurisdicción concreta a menudo desconocen la presencia de dichas cámaras. Por estas razones, la decisión de permitir o prohibir el uso de la tecnología de reconocimiento facial es actualmente un tema polémico a escala mundial.

Tipos de cámaras de reconocimiento facial

En términos generales, el software de reconocimiento facial se divide en dos categorías. La primera de ellas son las aplicaciones de software que se utilizan para comparar la imagen del rostro de una persona con una base de datos más amplia de fotografías. Para ilustrar mejor este punto, muchas fuerzas del orden y comercios minoristas emplean actualmente cámaras de reconocimiento facial, ya que pueden utilizar esta tecnología para comparar las fotos de presuntos delincuentes o ladrones, entre otras personas relevantes. Otra posibilidad son las cámaras que simplemente comparan 2 fotografías, como el software de reconocimiento facial que se ha incorporado a los iPhones en los últimos años, que permite a los usuarios desbloquear sus teléfonos comparando una fotografía nueva con otra que se haya almacenado previamente en dichos teléfonos.

Reconocimiento facial y prejuicios

Es más, todas las formas de tecnología de reconocimiento facial, independientemente de cómo se aplique, han estado relacionadas con la parcialidad en diversos momentos del pasado. Esto se debe en gran parte a la naturaleza inherente del desarrollo de software, ya que un ingeniero de software que no utilice diversos datos de entrenamiento para crear el conjunto de datos que se utilizará para desarrollar una aplicación de software de reconocimiento facial en particular, invariablemente estará creando un programa que será propenso a identificar erróneamente a miembros de la población en general. En este punto, esta identificación errónea de personas es uno de los principales factores que han hecho que los ciudadanos de a pie y los defensores de la privacidad cuestionen el uso del software de reconocimiento facial, ya que las empresas que utilizan estos métodos pueden echar la culpa a las propias cámaras, dejando que la gente se pregunte quién debería ser considerado responsable en tales circunstancias.

La prohibición del reconocimiento facial

Dicho todo esto, muchas ciudades importantes de Estados Unidos han ido y venido sobre si prohibir o no el uso de software de reconocimiento facial. Por ejemplo, la ciudad de Nueva Orleans, en Luisiana, prohibió el uso de cámaras de reconocimiento facial a finales de 2020, para volver atrás en julio de 2022, cuando la ciudad reinstauró el uso del reconocimiento facial en el contexto de las operaciones policiales. A la inversa, el estado de Virginia también prohibió el uso de software de reconocimiento facial en julio de 2021, con la condición de que la asamblea legislativa del estado tuviera que promulgar primero una norma que pudiera utilizarse para regular la utilización de dicha tecnología. Así las cosas, la legislatura del estado de Virginia aprobó finalmente dicha normativa, y actualmente se permite a los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y a los agentes de policía de los campus utilizar software de reconocimiento facial en determinadas situaciones.

Reconocimiento facial a escala internacional

Al igual que muchas otras cuestiones polarizantes de la sociedad actual, el tema de la tecnología de reconocimiento facial también ha sido controvertido en otros países del mundo. En este sentido, muchos centros comerciales y minoristas del Reino Unido emplean actualmente la tecnología de reconocimiento facial en distintos formatos, para disgusto de grupos ingleses de defensa de la intimidad como Gran Hermano, que ha presentado recientemente una denuncia ante la Oficina del Comisionado de Información del Reino Unido (ICO). Más concretamente, la denuncia afirma que los sistemas de vigilancia por reconocimiento facial en el Reino Unido “utilizan una tecnología novedosa y un tratamiento muy invasivo de datos personales, creando un perfil biométrico de cada visitante de las tiendas donde están instaladas sus cámaras”. El grupo afirma que la cadena independiente de supermercados ha instalado la tecnología de vigilancia en 35 tiendas de Portsmouth, Bournemouth, Bristol, Brighton y Hove, Chichester, Southampton y Londres”.

Pasando a otra parte del mundo, la aplicación móvil china de transporte DIDI ha sido multada recientemente con 1.200 millones de dólares por los organismos reguladores del país en respuesta a una serie de presuntas violaciones de la privacidad cometidas por la empresa. En particular, los organismos reguladores chinos afirman que DIDI ha recopilado 107 millones de perfiles de reconocimiento facial, además de 12 millones de capturas de pantalla de álbumes de fotos de teléfonos inteligentes de clientes chinos, de forma no autorizada e ilegal. Por si esto no fuera suficiente, el gobierno chino también ordenó que se retirara la aplicación de los principales mercados en línea, como Google Play Store y Apple App Store, mientras que la empresa ha sido sometida simultáneamente a un mayor escrutinio por parte del mercado de valores estadounidense.

El debate en torno al uso de la tecnología de reconocimiento facial es interesante porque se basa en la protección de la privacidad de los datos personales, que aún no se ha establecido en muchos países del mundo. Por ejemplo, Estados Unidos aún no ha aprobado una ley integral de protección de datos a nivel federal, ya que los estados de todo el país tienen autoridad para permitir o prohibir esta tecnología a su entera discreción. Del mismo modo, los gobiernos de todo el mundo han promulgado muy pocas normativas que regulen el uso de software de reconocimiento facial. En consecuencia, es probable que estas cámaras sigan desplegándose cuando exista un precedente comercial o legal para utilizarlas, y que luego se prohíban cuando el público en general y los defensores de la privacidad expresen su preocupación al respecto, ya que los legisladores y las empresas tecnológicas siguen buscando un equilibrio entre la vigilancia y la protección de la privacidad.

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