La intimidad del paciente y redacción de documentos médicos

La intimidad del paciente y redacción de documentos médicos

La asistencia sanitaria es personal. Es privada, y la ley contribuye a garantizar que siga siéndolo. Imagínese el horror que se produciría si se pudiera acceder fácilmente a los historiales médicos de todo el mundo. ¿Quién quiere que un desconocido o su empleador sepan que toma determinados medicamentos o padece una determinada enfermedad? Dada la estigmatización de diversos tipos de enfermedades -sobre todo las mentales-, mantener en privado el historial médico de un paciente tiene sentido desde el punto de vista moral. Y, como hemos señalado antes, también lo es por ley.

Las leyes en torno a la protección de lo que se denomina información de identificación personal, han tenido que evolucionar junto con la tecnología. A medida que se digitaliza cada vez más nuestra información médica, lo que permite compartirla en tiempo real con una amplia gama de proveedores médicos u otras partes interesadas, es más importante que nunca garantizar que toda la información sensible permanezca protegida en todos los niveles de la administración sanitaria.

No se trata sólo de compartir historiales médicos entre distintos sistemas sanitarios o profesionales médicos. La transmisión digital conlleva toda una serie de nuevas preocupaciones sobre la vulnerabilidad a la piratería informática u otras violaciones de la seguridad. Además, puede ser necesario compartir los historiales con terceros, como instituciones educativas y departamentos gubernamentales con fines de cumplimiento de la normativa y de investigación. A veces, un asunto legal también puede requerir que un hospital, médico o sistema de salud entregue los registros del paciente.

¿Qué derechos tienen los pacientes en virtud de la HIPAA?

Antes de sumergirnos en las protecciones de los pacientes consagradas en la ley por el gobierno federal, tenemos que hablar de las diversas formas que pueden adoptar los historiales médicos. Cuando la mayoría de nosotros pensamos en historiales médicos, nos imaginamos una carpeta manila llena de papeles. Eso es parte de la historia clínica, pero no toda.

La mayoría de los historiales médicos se conservan en formato físico y digital. Los resultados de las pruebas y otros análisis suelen transmitirse digitalmente y pasan a formar parte de la historia clínica general. Muchos médicos toman notas verbales mediante un dispositivo de grabación, que utilizan para mejorar sus informes y la comprensión de cada paciente. Y muchas instituciones médicas tienen cámaras en uso en sus zonas públicas o incluso en sus salas de reconocimiento.

Todos estos elementos constituyen el historial médico de una persona. Esto significa que hay mucho más que proteger que simplemente asegurarse de que los archivos se guardan de forma segura.

Las personas tienen derecho legal a la privacidad cuando se trata de sus datos médicos. Todos los proveedores y administradores médicos están obligados, por ley, a garantizar que los datos de los pacientes permanezcan protegidos y seguros. También estipula que si la información debe ser compartida con una fuente externa, como por las razones descritas anteriormente, debe ser debidamente redactada para garantizar que toda la información de identificación personal ha sido eliminada de todos los materiales.

La Health Insurance Portability and Accountability Act, o HIPAA, es la ley que, entre otras cosas, establece las normas y reglas para el uso adecuado y los requisitos para la protección de la información de los pacientes. Promulgada originalmente por el Congreso en 1996 bajo la presidencia de Bill Clinton, esta ley ha sufrido varias revisiones para hacer frente a los cambios tecnológicos y a la necesidad de nuevas protecciones.

La HIPAA permite a los pacientes acceder a la totalidad de su historial médico para su uso personal. También define cómo puede compartirse la información médica de un paciente con terceras entidades.

Una cosa que mucha gente no sabe es que su información médica puede compartirse legalmente con otras entidades siempre que la información personal identificable se elimine de todos los documentos y otros materiales antes de transmitirla a dicho tercero.

Esto plantea toda una serie de problemas potenciales que los legisladores tendrán que abordar en el futuro. Cuanta más información esté disponible digitalmente y en línea, mayor será la necesidad de garantizar la seguridad y la privacidad de los datos. También hay que decir que cuantas más personas tengan acceso a esta información, mayor será la posibilidad de que un mal actor haga uso de ella. En la actualidad, la ley exige que las instituciones médicas, los proveedores de seguros y cualquier otra entidad que posea información médica informen a los usuarios en caso de violación de los datos.

La gente puede sentirse incómoda con la idea de que su información médica se comparta tan ampliamente, pero hay que señalar lo importante que es realmente este intercambio. Estos datos contribuyen a la investigación actual y futura que puede ayudar a mejorar drásticamente los resultados sanitarios de un número incalculable de personas.

¿Qué información está protegida por la HIPAA?

En virtud de la HIPAA, la denominada información sanitaria personal (PHI) está protegida por ley. Por información personal se entiende cualquier información o dato que pueda identificar a una persona. Esto significa que toda la información del historial médico que se comparta con terceros debe estar totalmente redactada de una serie de datos que puedan utilizarse para identificar a una persona concreta.

La información protegida incluye el nombre de una persona, su dirección, información geográfica, direcciones, números de teléfono, números de la seguridad social y similares. Sólo puede identificarse el Estado del que proceden los registros.

Las fechas concretas deben suprimirse de cualquier información compartida con terceros. Puede facilitarse el año de nacimiento y, en algunos casos, el año de algún procedimiento, acontecimiento o tratamiento. Debe protegerse cualquier número de cuenta o información relativa a los datos financieros de una persona. La información sobre vehículos también debe redactarse. No se podrá compartir ningún audio, vídeo o imagen sin la eliminación completa de los rostros y cualquier otro rasgo identificativo, como tatuajes o piercings. La información vocal y cualquier información biométrica no puede compartirse.

¿Quién está sujeto a la HIPAA y cómo debe cumplirla?

La respuesta corta es: cualquiera que trabaje en el sistema sanitario de cualquier forma o manera. Desde médicos y enfermeras hasta administradores y profesionales de la facturación, pasando por proveedores de seguros: todas estas partes son responsables de la correcta gestión de los historiales médicos en virtud de la HIPAA. El hecho de no garantizar adecuadamente la protección de toda la información sanitaria personal, en todas sus formas, tiene graves repercusiones jurídicas y económicas. Las graves filtraciones de datos de los últimos años demuestran lo importantes que son la seguridad de los datos y la privacidad, especialmente cuando se trata de los historiales médicos de alguien, por lo que cualquiera que trabaje con historiales médicos debe tomárselo en serio.

Lo más habitual es utilizar un proceso denominado “redacción” para eliminar información personal o protegida de los historiales médicos. En el pasado, esto significaba ir a mano y tachar esta información en los registros físicos y difuminar las caras en fotos o vídeos. La redacción es un proceso largo y propenso a errores humanos. Muchas empresas utilizan ahora software de redacción, que utiliza el aprendizaje automático y aumenta la eficacia de la redacción, al tiempo que reduce los errores.

El software de censura facilita la censura completa del texto y la eliminación de toda la información sanitaria personal de todos los documentos, informes de laboratorio, correspondencia y similares. Muchas suites de software incluyen también una serie de herramientas que permiten editar audio y vídeo conforme a la normativa HIPAA. Este software va más allá de la mera redacción superficial. Como muchos saben, hay muchos metadatos “entre bastidores” de la información digital. El software de redacción también los depura para garantizar que la seguridad no pueda ser vulnerada, ni siquiera por alguien con conocimientos tecnológicos. Muchos de estos programas redactan automáticamente y pueden reducir en un porcentaje considerable el tiempo necesario para redactar un documento.

Conclusión

Quienes manejan información médica de cualquier forma son responsables de la protección y privacidad de esta información. No sólo es lo correcto, sino que también es la ley. La HIPAA se promulgó para garantizar la protección de la información personal de los pacientes cuando se comparte con terceros y establece parámetros sobre qué tipos de datos pueden compartirse y cuáles no. No se puede compartir con terceros información sanitaria personal ni ningún dato que pueda identificar a una persona. Aunque compartir información con universidades, instituciones gubernamentales y otras organizaciones de investigación es increíblemente importante para mejorar la salud y las opciones de tratamiento de todos, no puede hacerse a expensas de la privacidad de las personas.

La correcta redacción de toda la información médica -ya sean documentos físicos o digitales, archivos de audio o secuencias de exámenes- es imprescindible para cumplir la ley y evitar los innumerables problemas asociados a una filtración de datos. Este proceso elimina toda la información que pueda identificar a cualquier persona, al tiempo que cumple con las solicitudes de información del gobierno y otras instituciones. El software de redacciones automatiza ese proceso mediante el aprendizaje automático y algoritmos avanzados que garantizan la redacción completa, tanto frontal como posterior, de toda la información que debe protegerse.

La redacción manual lleva mucho tiempo y deja demasiado margen al error humano. Una filtración de datos puede afectar gravemente a un proveedor de servicios sanitarios o a una compañía de seguros hasta el punto de provocar su quiebra. La gente necesita poder confiar en que su información está segura y protegida, y utilizar lo último en tecnología para proporcionar esa tranquilidad tiene mucho sentido en un mundo cada vez más digitalizado y conectado.

Este software permite compartir información valiosa en tiempo real entre proveedores e instituciones médicas, sin poner en peligro la privacidad de ninguna persona. A medida que el mundo se digitaliza, quienes manejan información médica tendrán que adelantarse a los acontecimientos para garantizar la privacidad y seguridad de todos los datos personales.

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