El big data de la evidencia. Grandes problemas: servidores, nubes y tribunales

El big data de la evidencia. Grandes problemas: servidores, nubes y tribunales

El problema que supone el big data para los cuerpos de seguridad es cada vez mayor y no va a desaparecer. El siglo XXI ha traído un descubrimiento tecnológico tras otro. Ya sea en el campo del hardware, la producción, el software, las plataformas o el almacenamiento se ha mejorado al menos seis veces desde principios del 2000. Algunas agencias han adoptado bien las tendencias modernas y han prosperado en las nuevas circunstancias. Otras han intentado escribir las reglas por sí mismas y han tenido un éxito relativo. Un tercer grupo no está dispuesto a ceder en la cuestión de los datos y su almacenamiento colectivo. Aunque muchas agencias de este último grupo aún no han tenido problemas, todas están poniendo en riesgo su reputación y la de su personal y una por una se enfrentarán a la pérdida de prestigio en materia de gestión de evidencia.

El papel que desempeña la gestión de evidencia

No hay duda de que la forma en que un organismo maneja las pruebas, incluida su recogida, almacenamiento, difusión y disposición, repercute en la reputación del mismo. Esto compete a los fiscales, los tribunales, los defensores públicos e incluso los centros penitenciarios. Desde el caso de asesinato de O. J. Simpson y las irregularidades en la cadena de custodia hasta las salas de pruebas donde se han producido robos, cuando se manipulan las pruebas, la reputación de un organismo recibe un golpe del que es difícil recuperarse.

Muchas situaciones de pérdida de evidencia se deben a errores humanos. Se estima que entre el uno y el dos por ciento del total de las pruebas de un organismo se ven afectadas por acciones malintencionadas. Son poquísimos los casos en los que este porcentaje alcanza el cinco por ciento. Si estuviéramos jugando al béisbol, estaríamos bateando en la Serie Mundial todos los años en lo que respecta a la evaluación de la gestión de evidencia.

Sin embargo, ¿qué pasaría si existiera otro escenario en lo referido a nuestra gestión de evidencia que no implicara error o mala intención y que pudiera perjudicarnos aún más? ¿No querría usted abordar esa cuestión inmediatamente?

Los discos duros externos, los servidores locales y la nube

Las cámaras de los automóviles y corporales, las entrevistas de audio y las fotografías requieren de que las agencias habiliten un espacio de almacenamiento para los datos electrónicos. Muchos organismos han guardado históricamente este tipo de archivos en discos compactos y aunque esto ha funcionado en varios casos, también ha demostrado ser un recurso con grandes defectos. Desde la manipulación, pasando por los desastres naturales y hasta la degradación del material, los discos pierden su utilidad a largo plazo. Esta puede ser una forma eficiente de almacenar evidencia relativa al delito de conducir bajo los efectos del alcohol, pero no es útil cuando se trata de un caso que involucra incendio premeditado, homicidio, violación u otros delitos de alto grado, ya que dichos casos tardan más tiempo en ser procesados. Los discos compactos no envejecen bien y en nuestro negocio, todo es cuestión de tiempo.

Algunas agencias utilizan discos duros externos para evitar los problemas con los discos compactos. Los discos duros externos ofrecen varias posibilidades. Por un lado, pueden colocarse en red de modo que varios ordenadores puedan acceder a los archivos que contienen. Esto permite que el personal pueda trabajar desde su oficina sin tener que desplazarse para analizar las pruebas. Por otro lado, los discos duros externos liberan a las agencias de la necesidad de mantener copias físicas de las pruebas digitales. Como la información está disponible en los discos duros externos, se le puede realizar copias cuando sea necesario. Sin embargo, los discos duros externos fallan. Una búsqueda de cinco minutos en la web nos muestra que todo el mundo, desde consumidores hasta propietarios de empresas, se queja en línea de discos duros externos que poseían y donde guardaban archivos importantes que “murieron” causando la pérdida irreparable de información valiosa.

Tomemos como ejemplo a una división de investigación dentro de una agencia que por sí sola produce un terabyte de datos al año debido a su carga de trabajo. ¿Se imagina lo que le costaría a su agencia que un terabyte de pruebas desapareciera sin recuperación posible debido a la “muerte” de un disco duro externo? ¿Cuáles serían las consecuencias? ¿Cuán buena es su relación con el fiscal? ¿Cuántos favores tendría que cobrar para minimizar el efecto que causaría este problema? ¿Es este el tipo de problema que quiere tener que abordar? ¿Quiere que esta sea la imagen pública que defina a su agencia?

Los servidores locales son el siguiente paso en la pirámide de almacenamiento de datos. Estos pueden guardar muchos datos, pero también tienen algunos problemas. Sucede que, cuando se decide el tamaño de un nuevo servidor, es probable que se tenga que duplicar esa cifra unos tres meses pasada la instalación del equipo. ¿Por qué? Porque al tomar dicha decisión de compra usted se basó en números históricos. Aunque esas cifras tengan menos de treinta días, no se puede predecir el futuro y a medida que llegan más y más datos, el problema es cada vez mayor. Nuestra dependencia de la tecnología para adquirir evidencia no hace más que aumentar. Esto significa que nuestras necesidades de datos van a crecer con el tiempo. En lo que se refiere a la necesidad de servidores de su departamento, usted descubrirá rápidamente que el presupuesto de su agencia es el punto débil. Esto se debe a que el costo de cubrir las necesidades de almacenamiento de datos utilizando servidores locales supera todos los demás gastos departamentales. ¿Quiere ser el organismo que no puede perseguir los delitos sexuales a tiempo porque todavía está esperando el presupuesto del nuevo año fiscal para comprar los servidores locales que necesita para el almacenamiento de datos?

Si eso no fuera suficiente pesadilla, recuerde que los servidores, al igual que los discos duros, pueden fallar. Al fin y al cabo, son tecnología informática. Claro que su tasa de fallo es mucho más baja que la del típico disco duro, por eso los servidores se utilizan ampliamente en muchas empresas hoy en día. Sin embargo, lo que los servidores no pueden evitar es un desastre natural o provocado por el hombre. Puede que su agencia no esté en un lugar donde las catástrofes naturales son la principal preocupación y eso es estupendo, pero ¿qué pasa con las catástrofes provocadas por el hombre, como los incendios, inundaciones o derrumbes? Usted tiene las mismas posibilidades de que le ocurran estos desastres que cualquier otra persona en el mundo. Tenga en cuenta que aunque muchos de los edificios de las agencias están bien construidos, bastantes son antiguos y es sólo cuestión de tiempo que estos problemas se conviertan en el centro de atención. Los incendios y las inundaciones son sus dos mayores enemigos en realidad. Cualquiera de ellos puede aparecer sin previo aviso y no tendrá consideración de usted, su agencia o la evidencia que almacena. Es cierto que este tipo de problemas no afectan la reputación, pero recuerde que siempre habrá malintencionados que aprovecharán la oportunidad para arremeter contra su agencia por no tener un plan de respaldo ¿Cuánta influencia pueden ellos ejercer? Si no la tienen hoy, ¿la tendrán dentro de seis meses o un año? Cuando la negatividad se convierte en un problema, ¿debemos legitimarlo al abordarlo, aun cuando sea ilógico? No es justo, pero considerar las quejas del público siempre ha sido parte de este trabajo y siempre lo será.

La tecnología de la nube es la vía más moderna para el almacenamiento de datos. Los potenciales peligros del almacenamiento en la nube han sido tema de debate para muchos, desde periodistas tecnológicos hasta teóricos de la conspiración. El hecho es que la tecnología de la nube permite hacer una copia de seguridad de los datos, ya sean aplicaciones de software, documentos, evidencia digital e incluso archivos históricos de pruebas físicas. La información allí se mantiene a salvo, segura y accesible desde cualquier lugar, sin importar las circunstancias a las que uno se enfrente.

El almacenamiento de datos en la nube garantiza a los archivos la protección que los discos duros externos no pueden ofrecer y brinda las capacidades de almacenamiento de los servidores locales, sin el dolor de cabeza de gestionar y presupuestar la compra masiva de operaciones de datos. Al principio, cuando el almacenamiento en la nube se convirtió en una realidad, hubo preocupaciones por la seguridad y las posibles implicaciones para los organismos públicos de potenciales vulnerabilidades. Lo cierto es que los peligros que presenta el almacenamiento en la nube no son diferentes a los de almacenar nuestros propios datos. Si nuestros ordenadores, impresoras u otros dispositivos mantienen una conexión a internet, el acceso a cualquier parte de la red es posible. Sin embargo, el almacenamiento en la nube ofrece una segunda barrera entre los piratas informáticos y los datos que usted almacena. Si los hackers están realmente motivados, pueden encontrar una manera de penetrar una, pero va a ser extremadamente difícil colarse a través de dos barreras de seguridad. Además, los datos en la nube están encriptados. Si un hacker llegara a acceder a ellos, sólo encontraría letras y números sin sentido ni utilidad para identificar el archivo, el contenido o cualquier información de identificación. El almacenamiento en la nube es inmune a cosas como el fuego y las inundaciones porque los datos se guardan en múltiples ubicaciones, con copias de seguridad disponibles. El almacenamiento en la nube también permite proteger el acceso a las pruebas digitales. El problema que se plantea al utilizar un servidor externo o local es que este se configura como una red en la que las carpetas de archivos con todos los contenidos están disponibles para todo el personal que pueda acceder a un ordenador de dicha red. Intentar proteger con contraseña este tipo de operaciones tomaría demasiado tiempo, por lo que no cuenta siquiera como una opción. Hace cinco años no podíamos soñar con almacenar en la nube, pero hoy en día cada vez son más los organismos que la utilizan y los tribunales reconocen la nube como método aceptable de almacenamiento de evidencia digital. ¿Cuánto tiempo tardará antes de que su uso se normalice?

Conclusión

La tecnología de la nube está mejorando a medida que hablamos y se convertirá en el futuro de la informática. Esta tecnología ahorra espacio en todos los ordenadores y redes, lo que libera a su personal para procesar archivos de gran tamaño sin afectar al ancho de banda de la red y promueve un uso más eficiente de los recursos de la agencia, sin tener que inundarla en una sopa tecnológica de cables, estantes y sistemas de refrigeración. Sabemos que el cambio es inevitable y debemos estar preparados. Los nuevos tiempos están a la puerta. Tenemos que encontrar la manera de utilizar la nube de la forma más beneficiosa para nuestras agencias. Investigue ahora para que no se quede atrás en el futuro.