Tratamiento adecuado de las pruebas electrónicas
Sea cual sea el delito, en casi todos los casos penales del mundo actual habrá que examinar algún tipo de prueba electrónica perteneciente al sospechoso o sospechosos. Desde discos compactos (CD) hasta discos duros externos con varios terabytes de almacenamiento, es importante que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley conozcan los procedimientos adecuados para identificar y manejar las pruebas electrónicas al llevar a cabo una investigación penal. Ser concienzudo y diligente en el manejo de las pruebas electrónicas puede significar la diferencia entre el éxito de la persecución de un peligroso delincuente, un veredicto de no culpabilidad o la peor frase a juicio de un agente: “¡Caso sobreseído!”
Lo primero es lo primero…
El agente investigador debe asegurarse antes de manipular cualquier prueba electrónica de que tiene derecho a examinar o recoger dicha prueba dentro del ámbito de la Cuarta Enmienda. Por ejemplo, si el agente está cumpliendo una orden de registro en una residencia, ¿menciona la orden de registro específicamente los dispositivos de almacenamiento electrónico? Si no es así, es posible que el agente no tenga derecho legal a incautarse de las pruebas, y es probable que éstas se consideren inadmisibles ante un tribunal. Si el agente no tiene derecho legal a incautarse de pruebas electrónicas (es decir, no se menciona en una orden judicial o el agente no tiene causa probable de que las pruebas electrónicas contengan contrabando o pruebas de un delito), el agente puede optar por preguntar al sospechoso si está dispuesto a dar su consentimiento para un registro de sus artículos electrónicos. Siempre es una buena práctica obtener el consentimiento del sospechoso por escrito y capturar el acuerdo de dar el consentimiento a través de una grabación de audio y/o vídeo. Hay que tener en cuenta que estas grabaciones se convierten en pruebas digitales, y que a partir de ese momento debe aplicarse un tratamiento específico.
Autoridad legal
Una vez que se ha determinado que el agente investigador puede recoger legalmente pruebas electrónicas para su posterior examen, es primordial que el agente siga algunas normas básicas al hacerlo. En primer lugar, el agente deberá tomar fotografías o grabar un vídeo de las pruebas en el lugar donde se encontraron, ya que pueden surgir preguntas sobre la ubicación de las pruebas electrónicas más adelante en la investigación. También es importante que el agente encargado de la investigación tome fotografías o grabe un vídeo de cómo están colocados los objetos (por ejemplo, cómo están colocados los cables en la parte posterior del ordenador o cómo está conectado el disco duro externo al ordenador). Pregunte al sospechoso si hay contraseñas o patrones asociados al arranque del dispositivo, pero recuerde que hacerlo puede considerarse un interrogatorio a efectos de los derechos Miranda. Si un dispositivo está apagado, NO lo encienda. Recoja y transporte las pruebas electrónicas a un especialista forense en pruebas electrónicas que sabrá cómo encender las pruebas electrónicas sin corromperlas. Si las pruebas electrónicas están encendidas, déjelas así e intente que un especialista forense en pruebas electrónicas se reúna con usted en el lugar de la investigación. Si no es posible que un especialista se reúna con usted en el lugar de los hechos, recoja todas las contraseñas o patrones que pueda y empaquete las pruebas electrónicas para su transporte.
Recogida y transporte de pruebas electrónicas
A continuación se exponen algunas prácticas sencillas a la hora de recoger y transportar pruebas electrónicas que pueden ahorrar a los agentes investigadores futuros quebraderos de cabeza si se aplican correctamente. Todos los cables y cordones deben desconectarse y guardarse con sus respectivos dispositivos. La mejor práctica consiste en guardar cada prueba electrónica individual (es decir, ordenador de sobremesa, ordenador portátil, disco duro) en su propia bolsa o caja de pruebas electrónicas para su transporte. Los elementos de pruebas electrónicas más pequeños, como CD/DVD o unidades de memoria USB, pueden guardarse juntos, pero recuerde siempre anotar la marca (si procede) y la cantidad de estos elementos en la bolsa o caja de pruebas electrónicas. Documente la cadena de custodia de acuerdo con las políticas de su organismo y selle las bolsas o cajas de pruebas electrónicas mientras se encuentre en el lugar de los hechos. Al transportar pruebas electrónicas, es importante almacenarlas en un lugar donde no sufran daños durante el viaje y donde estén protegidas del calor o el frío extremos. NO coloque las pruebas electrónicas cerca de una unidad de radio de un coche de policía. La activación de la radio podría dañar las pruebas electrónicas. Tome la ruta más directa y/o lógica hacia una instalación policial segura o un laboratorio de pruebas digitales para un examen más detallado.
Conclusiones
Los dispositivos electrónicos como prueba se han vuelto tan omnipresentes en nuestras vidas que la mayoría de los trabajos (incluido el de agente de la ley) no pueden realizarse sin ellos. Desde el fraude postal hasta el asesinato y todo lo demás, en casi todos los delitos cometidos interviene un dispositivo electrónico que puede ser utilizado por las fuerzas del orden para desarrollar o ampliar un caso contra un sospechoso. Aunque siempre es una buena práctica contar con un especialista forense en pruebas electrónicas en el lugar de los hechos cuando se manipulan pruebas electrónicas, la realidad dicta que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley no siempre tendrán este lujo y se les pedirá que manipulen las pruebas electrónicas por su cuenta de vez en cuando. Un agente del orden educado y atento que siga estas directrices básicas debería tener éxito en el uso de pruebas electrónicas para construir o mejorar un caso contra un sospechoso.