Integridad en la sala de pruebas: más que una política, son sus acciones

Integridad en la sala de pruebas: más que una política, son sus acciones

Nuestra integridad importa. Importa en todo lo que hacemos. Desde los contactos con jóvenes sin hogar hasta el testimonio que corrobora un delito violento, todo importa. Nuestro nombre va unido a él, y no debemos regalarlo nunca. Poner esto en práctica es algo fácil de hacer, con la mentalidad adecuada y fuerza de voluntad en la mano. Pero en la carrera de cualquiera surgen momentos importantes que pueden poner a prueba esas partes de ti. Puede ser un momento creado por uno mismo o algo heredado. Tomar el camino más fácil puede ser muy tentador, y tratar de encontrar una manera de minimizar el impacto sobre uno mismo es propio de la naturaleza humana. Ceder a esta tentación sólo hará que te conviertas en la última historia de una persona que ha cambiado su nombre y su integridad por una salida fácil.

Pruebas e integridad

Una historia reciente sobre una sala de pruebas que sufrió un problema estructural en el pasado reciente salió a la luz de forma terrible. La administración del organismo encargado de esa sala de pruebas no informó del problema a nadie. Ni a su gobierno municipal, ni a su fiscal, ni a sus homólogos estatales, a nadie. Y las consecuencias de no informar de esto se han plasmado en carreras perdidas, o forzadas a retirarse, una nueva persona colocada en el puesto, encargada de las tareas de recuperación de lo que anteriormente hemos denominado “la mancha”, pero lo que es más importante, la comunidad se ha quedado con la sensación de que su agencia de aplicación de la ley tiene menos integridad que los delincuentes de los que protegen a la comunidad. Cuando por fin salió a la luz la historia, años después del incidente en cuestión, se determinó finalmente que el incidente en sí tenía muy poco que ver con la destrucción de pruebas, y que el informe inicial de pruebas destruidas distaba mucho de la cantidad real de casos y pruebas afectados por el asunto.

Francamente, es inaceptable. No está bien que una o varias personas hayan afectado a las pruebas de forma que se ponga en tela de juicio la integridad de toda una agencia. No está bien que algunas personas pensaran que estaba bien actuar de un modo que pone en entredicho a toda la agencia y da pie a una conversación gratuita sobre la aplicación de la ley en Estados Unidos. Pero ha ocurrido y ahora esta agencia, como otras en el pasado, debe arreglar el desaguisado y encontrar la forma de recuperarse.

Recordatorio del “Blob

Este incidente nos ha recordado el “Blob” y por qué nos parecía importante hablar de cómo reiniciar y “detener la hemorragia” en una sala de pruebas con problemas. Desde nuestro punto de vista, este es el peor escenario posible en el que te puedes encontrar, y contar con la base de un plan para afrontarlo significa que los problemas a menor escala en una sala de pruebas son así de fáciles de solucionar. Primero hay que establecer algunos elementos:

Todos estos elementos se han tratado en detalle en artículos anteriores. Creemos en nuestras explicaciones y respaldamos lo que presentamos. Sin embargo, hay algo que no mencionamos o, al menos, no dijimos directamente en todo lo que discutimos.

Este trabajo, más que nada, se reduce a la integridad. Esa integridad debe empezar en el individuo. No se puede crear. No se puede enseñar. No se puede sintetizar. Debería haber existido mucho antes de que esa persona llegara a su puerta, lista para ponerse a trabajar. Si usted no puede confiar en las personas que llevan prácticamente todos los casos de su agencia, ¿cuánto tiempo pasará antes de que el sistema de justicia penal local deje de confiar en su agencia? ¿Hará falta un gran revuelo mediático para que se asimile? Aunque ese agente sea tu mejor amigo y te haya salvado innumerables veces en la calle, tu integridad, a la hora de exigirle responsabilidades, nunca debe flaquear. Y en caso de catástrofe natural o provocada por el hombre, no hay que avergonzarse de dar la cara y decir que las pruebas se vieron comprometidas por circunstancias imprevistas. Puede que el asunto afecte a 400 casos. Que así sea, los delincuentes tienen más hábitos de los que creemos, y volverán a meter la pata, y su agencia estará ahí para atraparlos, otra vez. Cuando se presenta el problema, es el momento de estar a la altura de las circunstancias y afrontarlo, con la cabeza bien alta, los hombros hacia atrás y sacando pecho. No podemos permitirnos encubrir a nuestros colegas, ni ayudar a un fiscal a aumentar su tasa de condenas, ni “frenar” la tradición de nuestra agencia de cerrar casos, si las pruebas se han visto comprometidas.

Es una pena ver cómo se desarrolla este incidente, porque ya lo hemos visto antes, y justo cuando pensamos que ya no es posible, nos llega otra historia.

Conclusiones

La integridad de nuestras pruebas y de nuestra sala de pruebas existe porque nuestra integridad permanece inquebrantable. Incluso si algo, o alguien en nuestra agencia ha caído, eso no es razón para permitir que continúe, sin importar las circunstancias. Levantarse inmediatamente y decir que algo va mal es la decisión correcta, y permanecer en silencio sólo aumenta las ideas preconcebidas negativas que tienen algunos ciudadanos. Es cierto que no puedes cambiarlos a todos, y eso ni siquiera es asunto tuyo. Pero no darles una razón para continuar sí es asunto tuyo. Es tu nombre el que aparece en negrita, y en triple subrayado el de tu agencia. Comercio ninguno. Y en el caso, de que sea tu mejor amigo, de la academia, y hayáis tenido dos destinos juntos, y vacaciones, e innumerables cenas familiares, etcétera, que hayas hecho lo correcto al anunciar su mal comportamiento, no significa que no podáis seguir siendo amigos. Ya lo dijo Larry Jetmore, siempre son tus amigos, y eso no cambia después del trabajo.

Gracias por leer, ¡y tened cuidado ahí fuera!

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