Gestión de pruebas de ADN

Gestión de pruebas de ADN

El ADN (ácido desoxirribonucleico) está contenido en todas las células del cuerpo humano. El perfil de ADN único de un individuo puede encontrarse en la sangre y otros fluidos corporales como el semen y la saliva, en las células de la piel, la médula ósea o el cabello. Al igual que las huellas dactilares, el ADN es único para cada persona (a excepción de los gemelos idénticos). En opinión de muchos, las pruebas de ADN se han convertido en una nueva norma en las técnicas de investigación, porque no sólo tienen el impresionante poder de condenar a los culpables, sino que pueden exonerar a los inocentes. Muchas personas han sido excarceladas años después de haber sido condenadas como resultado directo del análisis del ADN a través del proceso de apelación. Como miembros de la comunidad encargada de la aplicación de la ley en nuestro sistema de justicia penal, debemos hacerlo bien, porque sólo entonces se puede hacer justicia de verdad.

Cuando los investigadores y los técnicos del lugar del delito procesan una escena en busca de pruebas de ADN, es importante reconocer que será necesario un enfoque más meticuloso y cauteloso que el simple uso de guantes esterilizados cada vez que se toque un objeto de valor probatorio. Hay que protegerse contra la posibilidad real de que queden restos de su propio ADN en el lugar de los hechos. Al igual que con las huellas dactilares, es importante obtener muestras de eliminación de las víctimas y los testigos que puedan haber tenido acceso al lugar del delito, ya sea una residencia, un parque o un vehículo. Las pruebas fotográficas son primordiales a la hora de procesar el lugar del delito en busca de pruebas de ADN. La frase “una imagen vale más que mil palabras” describe con exactitud la importancia de las fotografías tomadas al recoger pruebas de ADN. Pero, de nuevo, las fotografías y las pruebas digitales, en general, son tan buenas como el sistema de gestión de pruebas digitales utilizado para almacenarlas. En años pasados, se requerían manchas visibles de presuntas pruebas de ADN. Sin embargo, hoy en día se nos puede encargar que recojamos lo que es invisible a simple vista. Los detectives de casos tienen ahora más con lo que trabajar. No obstante, debido a la naturaleza de las pruebas de ADN invisibles, es necesario consultar estrechamente con el laboratorio de criminalística.

Todas las muestras de ADN recogidas de víctimas, sospechosos y testigos, junto con información detallada, deben introducirse en su sistema de gestión de pruebas lo antes posible. Su sistema de gestión de pruebas debe ser lo suficientemente personalizable como para permitirle introducir detalles tales como la zona de recogida, la hora de recogida, las personas de las que se recogieron las muestras, las precauciones de riesgo biológico, las notas, las circunstancias, y mucho más. Cierta información detallada puede parecer trivial en el momento de la recogida, pero será crucial para los investigadores que trabajarán en el caso durante varios meses o años. Las pruebas digitales, como fotografías, vídeos y entrevistas, también deben cargarse en el sistema de gestión de pruebas digitales sin editar lo antes posible. El almacenamiento de pruebas físicas y digitales en un único sistema de gestión de pruebas facilitará enormemente el trabajo de los investigadores y les permitirá ver todo el material relacionado con el caso en un único lugar, especialmente si están trabajando en varios casos al mismo tiempo.

Muchos casos se han resuelto o reforzado gracias al análisis de ADN. Hoy en día, la tecnología es tal que un casquillo disparado puede contener suficiente ADN “táctil” para identificar a la persona que lo introdujo en el cargador antes de disparar el arma de fuego. Hasta hace poco, los investigadores y los técnicos del lugar del delito no habrían considerado esta posibilidad. Los casos sin resolver deben revisarse cuidadosamente para determinar si el ADN del agresor está presente en un arma de fuego, un cuchillo u otro instrumento utilizado como arma.

Veamos un ejemplo: Supongamos que su agencia tiene un caso de homicidio sin resolver en el que el cuerpo de la víctima fue arrastrado y ocultado bajo la maleza. El examen de las pruebas físicas y las fotografías tomadas en el lugar de los hechos indican que el autor o los autores agarraron los pantalones vaqueros de la víctima por los tobillos para arrastrar el cuerpo. Parece razonable conservar y aislar las zonas en cuestión y consultar al criminalista que realiza el análisis de ADN. La base de datos CODIS (Sistema Combinado de Índices de ADN) del FBI podría contener una muestra de ADN coincidente, que requeriría la confirmación de los laboratorios para establecer una causa probable. En este ejemplo, el detective del caso podría disponer de información suficiente para solicitar una orden judicial de características físicas o una orden de registro para obtener una muestra de ADN conocida del sospechoso.

En muy poco tiempo, el análisis de ADN ha recorrido un largo camino, permitiendo a los profesionales encargados de la aplicación de la ley obtener información que no se concebía posible hace tan sólo unos años. Para sacar partido de esta tecnología, debemos recordar que el análisis del ADN es un análisis de pruebas. Por lo tanto, si queremos servir mejor a la justicia, debemos estar siempre atentos a nuestras prácticas de recopilación y seguimiento de pruebas, utilizando únicamente el mejor sistema digital de gestión de pruebas.

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