Cambridge Analytica, Mark Zuckerberg, Nueva CA. Demanda

Cambridge Analytica, Mark Zuckerberg, Nueva CA. Demanda

En julio de 2022, saltó la noticia de que el CEO de Meta, Mark Zuckerberg, y la antigua COO, Sheryl Sandberg, iban a ser llamados a declarar ante un tribunal federal de Estados Unidos en relación con el notorio escándalo de Cambridge Analytical que se destapó por primera vez en 2018. Más concretamente, una demanda que se presentó en la División de San Francisco del Distrito Norte de California el 26 de julio de 2022, mostraba que tanto Zuckerberg como Sandberg habían aceptado declarar el próximo mes de septiembre durante seis y cinco horas respectivamente. Esta vista forma parte de una demanda colectiva más amplia que se ha presentado contra la empresa antes conocida como Facebook, por considerar que la compañía había violado la privacidad personal de los ciudadanos estadounidenses cuando compartió los datos de sus usuarios con Cambridge Analytica en 2015.

Como referencia, Cambridge Analytica es una antigua consultora política británica que aprovechó los datos personales de los usuarios de Facebook para ofrecer anuncios políticos dirigidos a la población estadounidense durante las elecciones presidenciales de 2016. Esta información se obtuvo de los usuarios de Facebook bajo la apariencia de un test de personalidad, en el que los usuarios de la red social creaban perfiles en línea para sí mismos de acuerdo con su información de identificación personal. Esta información incluía nombres, fechas de nacimiento, ocupaciones y, sobre todo, afiliaciones políticas. Es más, el público en general no tuvo conocimiento de lo que había ocurrido hasta 3 años después, en 2018, cuando un antiguo empleado de la empresa hizo público un alijo de documentos que contenían pruebas del incidente al importante periódico británico The Guardian.

Preocupación por la privacidad de los datos

Si bien el robo de datos personales e información de una plataforma en línea como Facebook no era en absoluto un concepto nuevo incluso en 2015, las formas en que la empresa ahora conocida como Meta había engañado efectivamente a los usuarios de su sitio para ofrecer anuncios políticos realmente conmocionaron al mundo. Hasta el momento, las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos fueron las primeras en la historia de la nación en las que los candidatos utilizaron aplicaciones y servicios en línea y móviles para promover sus agendas políticas de la forma coordinada que se ha convertido en algo muy común hoy en día. Dicho esto, se ha alegado que el expresidente Donald Trump compró datos a Cambridge Analytica durante su campaña de 2016, con el objetivo de publicitar su campaña de una manera más eficaz e intuitiva.

Para ilustrar aún más este punto, la Comisión Federal de Comercio (FTC) finalmente impuso una sanción monetaria récord de 5.000 millones de dólares contra el gigante tecnológico multinacional Meta en 2019, debido en gran parte al escándalo de Cambridge Analytica, además de varias otras violaciones de la privacidad personal que la empresa supuestamente había cometido en años anteriores. Además de esto, la FTC también ordenó que la empresa tomara nuevas medidas para garantizar que los datos personales de sus usuarios estaban siendo salvaguardados en todo momento, incluido el fortalecimiento de la supervisión externa de la empresa, con el objetivo de dar a un tercero evaluador independiente los medios para confirmar que la red social estaba cumpliendo con las demandas de las autoridades reguladoras.

El impacto de las redes sociales en todo el mundo

Es más, el escándalo de Cambridge Analytica también puso de relieve el alcance y el poder que los sitios web de medios sociales como Meta, Twitter e Instagram ejercen sobre el panorama mundial actual, ya que solo estas tres plataformas cuentan con cientos de millones de usuarios en todo el mundo. Mientras que la obtención de información política sobre los ciudadanos estadounidenses durante unas elecciones políticas concretas en Estados Unidos habría implicado arduos esfuerzos, como sondeos y mítines en directo, entre otras cosas, el poder de Internet proporciona a empresas y particulares por igual los medios para acceder a un tesoro de información en un periodo de tiempo relativamente corto. Como tal, actualmente existe una brecha cada vez mayor entre el poder de la tecnología innovadora y la normativa sobre privacidad personal, ya que empresas como Meta siguen ejerciendo más influencia cada año que pasa.

Por otra parte, la evidente naturaleza política del escándalo de Cambridge Analytica también puso de relieve las formas en que las redes sociales se han utilizado específicamente para influir en las elecciones de todo el mundo en la última década, como las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016 son solo un ejemplo. En este sentido, incluso cuando no se acusa a grandes empresas de Internet como Meta y Twitter de robar información personal de sus usuarios, también se ha afirmado que estos sitios web no controlan los contenidos que pueden ser discriminatorios, peligrosos o inapropiados, ya que actualmente existen pocas normas coherentes o consistentes que rijan la información que se considera inaceptable publicar en las redes sociales. En su lugar, las personas que publican mensajes incendiarios en las redes sociales son tratadas caso por caso, lo que hace que muchos se pregunten si los contenidos en línea están siendo realmente controlados.

La demanda colectiva interpuesta contra Mark Zuckerberg, CEO de Meta, en el estado de California no es ni mucho menos la primera, ya que el fiscal general de Washington D.C., Karl Racine, también interpuso una demanda contra la empresa en mayo de este año por motivos similares. Además, es más que probable que se sigan presentando demandas de este tipo contra la empresa, a medida que se sigan conociendo las repercusiones del escándalo de Cambridge Analytica. Por otra parte, independientemente del resultado de estas demandas, la forma en que la gente ve las plataformas de medios sociales sin duda cambiará para siempre, ya que el evento puede ser el primer gran caso real de violación de la privacidad personal a nivel internacional a través del uso de las redes sociales.

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