Cadena de custodia de las pruebas
“No hay nada como las pruebas de primera mano”. Eso decía Sherlock Holmes en Estudio en escarlata, escrito por Sir Arthur Conan Doyle. Aunque se trata de un personaje de ficción, su afirmación es cierta. No hay nada tan ventajoso para la construcción de un caso como las pruebas contundentes.
Por ello, la gestión de las pruebas es de suma importancia. Llamamos cadena de custodia a la documentación de esta gestión. Es una de las primeras cosas que aprenden los profesionales de las fuerzas de seguridad. Todos sabemos que se refiere a la documentación cronológica que delinea la incautación, el control, la transferencia, el análisis y la naturaleza de las pruebas, tanto digitales como físicas. Esta documentación cronológica comienza con la incautación y continúa hasta su presentación ante el tribunal. Y, aunque pueda parecer elemental, tiene una gran importancia. Las razones de su importancia son las razones mismas de nuestros procedimientos probatorios y las razones por las que debemos elegir con tanto cuidado nuestro software de gestión de pruebas. Desde el momento en que se recoge una prueba, cada transferencia a la custodia de otra persona debe estar documentada y debe ser incontestable que nadie más podría haber estado en posesión de ella.
Una cadena de custodiaescrupulosamente documentada nos permite vincular una prueba a un delito concreto. Nos permite demostrar que una prueba concreta estuvo, de hecho, en el lugar de un delito concreto y no se colocó allí después de los hechos. En nuestra era digital, muchas de las pruebas que recogemos son electrónicas, algo con lo que Sherlock Holmes nunca soñó. Con las pruebas digitales, que pueden alterarse fácilmente, la cadena de custodia adquiere una importancia aún mayor. Y, aunque las pruebas en sí sean físicas, las fuerzas de seguridad las rastrean y almacenan electrónicamente. Aunque la gestión electrónica de las pruebas presenta grandes ventajas, también plantea nuevos retos. Las pruebas electrónicas implican en realidad dos cadenas de custodia. Por un lado, está la prueba en sí -el objeto- y, por otro, los datos electrónicos asociados a ella. En el caso de los datos electrónicos, la cadena debe demostrar que la información se copió, transportó y almacenó correctamente, y que la información electrónica no se modificó en modo alguno. Además, todos los soportes deben haber estado protegidos durante la recogida de las pruebas.
La obtención tanto de pruebas físicas como de pruebas digitales plantea exigencias de procedimiento a las que el personal de las fuerzas del orden debe atenerse estrictamente. El cumplimiento de estas exigencias tiene su recompensa, ya que permite a los fiscales presentar pruebas irrefutables ante los tribunales para sustentar un caso. Sin embargo, las pruebas son tan buenas como su cadena de custodia. Para las fuerzas del orden, la cadena de custodia puede llegar a considerarse un concepto rudimentario. Sin embargo, como dijo muy acertadamente Sherlock Holmes: “Desde hace mucho tiempo es un axioma mío que las pequeñas cosas son infinitamente las más importantes.”